Cómic

La princesa robada

  • Un misterioso caso llama a la puerta del mejor detective de la ciudad, Slam Bradley, y le cambiará para siempre

Detalle de la ilustración de portada.

Detalle de la ilustración de portada.

Gotham, una peligrosa urbe en la que más vale no transitar por sus calles a ciertas horas, ya que te puedes cruzar con lo peor de sus bajos fondos o, incluso con algún destacado miembro de esa temible y terrible galería de enloquecidos villanos que le hacen la vida imposible al Caballero Oscuro.

Pero, ¿esto ha sido siempre así?

Retrocedamos hasta el año 1961, en la que una floreciente economía ha hecho de Gotham un lugar perfecto para residir, ya que la tranquilidad y seguridad de sus barrios se ha impuesto a base de mano dura. Y es que cuenta con un cuerpo de policía, comandado por el comisario Huff cuyo cometido, en ocasiones de manera harto expeditiva, es que el crimen sea eliminado de raíz, obteniendo por ello el aplauso de sus felices conciudadanos.

Mas esta tranquilidad se va a ver muy alterada con un suceso incomprensible e inesperado: el rapto de Helen, la pequeña heredera de la principal estirpe de Gotham, los Wayne… Y justo aquí comienza el relato, en primera persona, del protagonista, involucrado en un caso desde el momento que una chica negra llega a su despacho y le entrega un sobre y cien dólares por sus servicios. Sin él saberlo aún, se convertirá en el peón de una oscura trama, conocerá a los afligidos padres de la pequeña, Constance y Richard, que comparten (en apariencia) el dolor por la desaparición de su hija, y están dispuestos a lo que sea para recuperarla con vida y que regrese a sus brazos sana y salva.

Pero claro, los que ya estéis acostumbrados a disfrutar de un buen relato del género noir sabéis de sobra que nada es lo que parece, y como ya les ocurrió en multitud de ocasiones tanto a Philip Marlowe como a San Spade, famosos detectives nacidos de la imaginación de Dashiel Hammet y Raymond Chandler, el protagonista de este cómic, Slam Bradley, va a transitar por un camino repleto de medias verdades, falsedad, odio, femme fatales, racismo y mucha, mucha violencia.

Y es que en este cómic no hay un solo misterio que resolver, sino que además seremos testigos de la diferencia, el insondable abismo que separa a los habitantes del barrio sur de la ciudad, poblado por una mayoría de habitantes de color, que Sam conoce como a la palma de su mano, y el resto de Gotham.

La terrible lacra del racismo va a impregnar toda y cada una de las páginas de este cómic, en el que su guionista, Tom King, uno de los grandes nombres del cómic-book norteamericano actual, ha entendido a la perfección (como ya hicieron en su momento Frank Miller, Ed Brubaker o Greg Rucka) el tipo de historias que mejor funcionan en la Ciudad del Crimen, y en ningún momento vamos a ver capas ni supertipos pululando entre sus edificios.

Para ello, esta historia requería del trabajo de un dibujante totalmente alejado del llamado 'canon superheroio', y qué mejor elección que el talentoso trío formado por Phil Hester a los lápices, Eric Gapstur en la tinta y Jordie Bellaire aportando su personal paleta de colores, introduciéndonos a la perfección en los diferentes ambientes y situaciones, ya sean la suntuosa mansión de los Wayne, o los barrios bajos con sus sórdidos callejones, y los animados clubes de jazz , en un apasionante relato en el que nos aguardan varias sorpresas, y alguna que afecta directamente al protagonista.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios