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Un rescate de película con bandera roja para salvarle la vida a tres bañistas en Torrenueva Costa

Un rescate de película con bandera roja para salvarle la vida a tres bañistas en Torrenueva Costa

Un rescate de película con bandera roja para salvarle la vida a tres bañistas en Torrenueva Costa / Alba Feixas

Momentos de tensión e incertidumbre, la bandera roja ondea con fuerza en distintos puntos del litoral granadino, alguien sugiere tirar al agua un flotador con forma de unicornio para intentar socorrer a unas personas que, pese a las indicaciones y el fuerte oleaje, han acabado dentro del agua y que, gracias a la rápida intervención de Norberto Montes -socorrista- y Elías I.G., un Policía Nacional fuera de servicio, queda finalmente en sólo un susto.

Todo sucedió de un momento a otro. El fuerte oleaje y la resaca marina imperante la tarde del jueves en Torrenueva Costa hizo que el servicio de Socorrismo colocase la bandera amarilla durante buena parte del día, sobre las 17.20 horas el tiempo empeoró y cambió a roja. La tarde fue ajetreada, se dieron varios avisos a usuarios de playas confiados para que se saliesen del agua. Al finalizar el turno, unos gritos de auxilio junto a la playa La Pelá- El Cañón de Torrenueva hacían que se pusieran en lo peor. Tres bañistas dentro del agua no encontraban la forma de salir, estaban exhaustos, con claros signos de agotamiento, y uno de ellos se situaba peligrosamente junto a una zona de rompeolas contra las rocas.

"Ni me lo pensé, estaba a punto de irme y vi a una niña dentro del agua intentando agarrarse a las rocas. No cogí ni el flotador de salvamento, me tiré sin pensarlo para ayudarle, es una zona peligrosa por los remolinos que se montan y no había ni un minuto que perder, y una vez dentro del agua, vi que había dos personas más", explica Norberto emocionado mientras reconoce que, pese a que el mejor rescate es el que no tiene que realizarse, es una experiencia bonita porque desde joven tuvo claro que quería ayudar a la gente y "todo salió finalmente bien". 

Otro de los usuarios consiguió salir con ayuda de varios bañistas, pero aún quedaba una tercera persona dentro del agua. 

No muy lejos de allí se encontraba Elías con unos amigos y su familia. "Estábamos tranquilamente pasando un día de playa y empezamos a ver mucha gente aglutinada en una zona del espigón. Desde lejos veíamos a una chica con el pelo muy largo y que no se retiraba el pelo de la cara, y ese es precisamente uno de los síntomas de que alguien se está empezando a ahogar. Varios bañistas intentaron ayudar y vi como uno de las personas que estaban dentro del agua pidiendo ayuda se alejaba cada vez más de la orilla. Conozco la zona porque me he criado aquí, sabía que era importante no perder ni un minuto, no me lo pensé y tiré detrás del socorrista para ayudarle". 

El bañista se encontraba muy cansado del sobreesfuerzo de intentar nadar hacia la orilla y permanecer a flote. Y los dos rescatadores intentaron remolcarlo de la mejor manera posible. "El hombre estaba nervioso, solo preguntaba por su niña, intentamos tranquilizarlo porque en una situación de estas características es muy importante mantener la calma. Y le pedimos que intentase coger todo el aire posible, que llenase sus pulmones para que permaneciese flotando mientras tirábamos de él. Tras comprobar la situación, vimos que lo mejor era quitarse de la zona de espuma y del rompe olas, a pesar de que suponía ir más lejos", cuenta emocionado Elías. Una vez alcanzada zona segura, volvieron a nadar en dirección a tierra, donde Manuel Benavides, otro torreño, no se lo pensó tampoco dos veces y se tiró al agua con una cuerda para que pudiesen ayudar desde fuera. 

Elías, Norberto y Fernando se funden en un abrazo tras recordar el rescate Elías, Norberto y Fernando se funden en un abrazo tras recordar el rescate

Elías, Norberto y Fernando se funden en un abrazo tras recordar el rescate / Alba Feixas

"Dentro del agua no éramos conscientes de todo el ruido que había fuera, estábamos centrados en rescatar a este hombre como fuera, y cuando vimos a Manuel nadando hacia nosotros con la cuerda pensamos, ya está, solo tenemos que esperar, aunque al final tuvimos que nadar un poco más porque la cuerda no daba más de sí", añade. 

Ambos coinciden en el gran nivel de cansancio que experimentaron una vez la situación quedó controlada. "La sensación es similar a un 'sprint' dentro del agua, al salir parecía casi que no sabíamos ni andar, durante el rescate no te paras a pensar en nada, estás con el subidón de adrenalina y solo piensan en que hay una persona en peligro y hay que ayudarla, luego piensas en qué podría haber pasado de no meterte en el agua o si podría haber sido peor, yo me metí porque conozco bien la zona, he surfeado mucho en estas aguas, me sentí en la obligación de ayudar y sabía que no iba a suponer otro problema para el socorrista. La gente tiene que concienciarse de que las banderas se ponen por algo, y si te dicen que es mejor no meterse en el agua, no hay que meterse", lamenta. 

Los bañistas que se agolpaban en las inmediaciones para no perder ni un detalle, estallaron en aplausos cuando todo terminó. Elías y Norberto le quitan importancia al suceso, "solo hicimos lo que había que hacer", pero se funden en un abrazo al volver a verse en la playa donde todo pasó. Lo mismo que cuando ven llegar a Fernando Morales, jefe de Protección Civil en Torrenueva. Los tres se conocen por distintas circunstancias y tienen el municipio torreño en común. "Es un orgullo saber lo que hicieron, le quitan importancia porque son muy modestos, pero quien conoce bien esta playa, sabe que es una zona muy peligrosa con oleaje, porque en un momento las olas te pueden llevar hasta las rocas y te quedas en el sitio", asegura Fernando. 

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