Medio Ambiente

¿Hay que preocuparse por la llegada de pellets a la costa de Granada?

¿Hay que preocuparse por la llegada de pellets a la costa de Granada?

¿Hay que preocuparse por la llegada de pellets a la costa de Granada? / EP

Hace algo más de un mes que un buque con bandera de Liberia perdió varios contenedores cuando navegaba a 80 kilómetros del municipio portugués de Viana do Castelo. Uno de ellos contenía millones de microbolas de plástico que han ido apareciendo de forma masiva por distintas playas de la costa norte española. El foco mediático se ha trasladado hacia estos famosos pellets y la repercusión que pueden tener para el medioambiente. Más recientemente la Junta de Andalucía ha empezado a analizar un posible vertido de pellets de plástico a la playa de Bolonia, en Tarifa, lo que ha generado la duda de saber qué repercusión pueden tener estos pequeños plásticos para el ecosistema y si sería posible que estos restos pudieran encontrarse en la costa granadina. 

La controversia sobre los efectos que este vertido pueden provocar al ecosistema marino no se ha hecho esperar, pero, ¿podrían llegar hasta el litoral de Granada?, y ¿son tan nocivos como parece? Pues sí y no. El biólogo marino del Aula del Mar de la Universidad de Granada, Héctor Pula, explica que estos pellets son la materia prima que se utilizan para la fabricación de muchos elementos -botellas, mascarillas, incluso ropa de poliéster- , que llegan en grandes suministros a las fábricas y que "suponen por su puesto mucho riesgo, aunque no suponen el problema más grave". En este sentido, señala que los científicos no se ponen de acuerdo o por lo menos no hay evidencias suficientes para decir que esos pellets son causantes de un tipo de trastorno o un tipo de enfermedad que afecte ni a los organismos marinos ni a las personas que a su vez se han alimentado de estos organismos marinos. 

"El problema viene después, cuando esos pellets se transforman en cualquier empresa que vaya a hacer un elemento plástico, cuando se le añaden los aditivos que hacen que sean plásticos más transparentes o más flexibles, más versátil o más lo que sea. Esos componentes que se le añaden son los realmente tóxicos y de lo que no se conocen todavía la magnitud que pueden tener. La materia base que está llegando a las costas es innocua" desde el punto de vista de toxicología, señala Pula, quien advierte que no cabe duda que hay organismos que lo pueden ingerir accidentalmente, porque crean que es alimento, y se alimentan de algo que no les aporta ningún tipo de energía, con lo cual "van a estar con un déficit constante de energía si a alguna de las especies le diera por comer solo pellets, porque esto es algo que tampoco está contrastado por el momento".

El biólogo marino advierte que en todos los organismos que se pescan en el mar o por acuicultura, se encuentran elementos plásticos de un tipo o de otro, y no se encuentran mortandades ni enfermedades graves causadas por ello, pero no cabe duda en que en algo les está afectando desde el punto de vista mecánico, porque es una partícula física que ocupa un espacio y al final está en un sitio que no tendría que estar. "Podemos estar comiendo pescado que a su vez se ha estado alimentando de pellets y a nosotros no nos va a repercutir, o no nos va a causar una patología derivada, que se pueda demostrar que deriva de eso".

Al hilo, lamenta el alarmismo que hay por la llegada masiva de estos pellets a la costa tras conocerse el incidente del buque en aguas portuguesas cuando realmente no es nada nuevo. "Realmente llevamos recibiendo pellets desde hace años, no es el primer incidente que se produce de estas características, puede que ninguno haya sido tan llamativo y tan cerca de nuestras costas, pero accidentes de este tipo hay constantemente. Y vertidos de otros plásticos que terminan convirtiéndose en partículas parecidas, también constantemente. No hace falta más que acercarse a cualquier playa de España o de fuera, y analizar la arena para ver que están llenas de partículas de pellets, por lo que no entendemos el alarmismo que hay ahora".

Hay incluso plataformas ciudadanas que se dedican a poner de manifiesto la presencia de estos microplásticos en distintas partes del mundo, así como a analizar su repercusión, como el caso de Observadores del Mar, un grupo de más de 50 investigadores e investigadoras que coordinan proyectos, retos y objetivos, y validan las observaciones de la red de observatorios centinelas, conformadas por clubs de buceo, centros, universidades y otras entidades que cubren distintas áreas de la costa para hacer un seguimiento ciudadano del estado del mar a lo largo del año. Uno de los proyectos que realizan es precisamente realizar un seguimiento de la presencia, abundancia y variabilidad de los microplásticos y  mesoplásticos, entre los que se encuentran los pellets, fragmentos rígidos, varillas, fibras o colillas, entre otros. 

Los vertidos de pellets de plástico Los vertidos de pellets de plástico

Los vertidos de pellets de plástico / EFE

¿Pellets en la costa de Granada?

El biólogo marino del Aula del Mar de la Universidad de Granada, Héctor Pula, señala que habría que ser más reflexivos y pensar en qué medidas se están tomando para evitar cualquier tipo de vertido al mar. "En cualquier playa hay ahora mismo una cantidad impensable de residuos" y sin embargo la gente no piensa en lo que hay en la arena cuando pone su toalla para pasar el día en la playa. Por lo que incide en la necesidad de no crear alarma social por los pellets, "ahora mismo no hay ninguna base científica que demuestre que son malos en los organismos marinos, generalmente son capaces de consumirlos, lo meten en su digestivo y vuelven a expulsarlo en forma de heces sin ningún problema. Si la gente se parase a pensar, se daría cuenta de que el problema realmente no es este accidente, es la añadida de nuestro comportamiento desde hace muchos años". 

Por otra parte, pide que no se alarme a la gente, "no se trata de un residuo como lo fue el Prestige, no es una sustancia que esté liberando constantemente un tóxico que vaya a afectar y provoque mortandad entre las especies". 

Por último, incide en la importancia de analizar si los pellets que están apareciendo en otras playas pertenecen al mismo cargamento para conocer el comportamiento de las corrientes marinas, ya que este incidente puede servir para conocer las dinámicas del mar en vistas a futuros accidentes con contaminantes, para saber que medidas se deben tomar para evitar que se propague. 

En la misma línea, y a la espera de que se confirme en laboratorios si los últimos restos aparecidos en la playa de Bolonia, Tarifa, son los mismos que han llegado a las costas del Cantábrico, la directora del Aula del Mar, dependiente de la Universidad de Granada, Isabel Reche, explica que es una opción "complicada", pero no se puede descartar nada.

"Veo que está lejos" como para alcanzar el litoral andaluz, añade sobre el alcance de este episodio. Será el laboratorio, insiste, donde se determine si los restos de Cádiz son los mismos que han llegado al Cantábrico. 

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