TRANSPORTE

"Sale más rentable pedir a un transportista que haga un viaje Granada - Motril que a un taxista"

  • Señalan que la situación es insostenible y que no pueden seguir trabajando a pérdidas

  • Aseguran no sentirse representados por la Patronal y desprotegidos por el Gobierno

"Sale más rentable pedir a un transportista que haga un viaje Granada - Motril que a un taxista"

"Sale más rentable pedir a un transportista que haga un viaje Granada - Motril que a un taxista" / Alba Feixas

"Coger un taxi de Granada a Motril cuesta unos 100 euros, a los transportistas nos ofrecen portes a 59 o 60 céntimos el kilómetro, sale más rentable parar a un camionero que esté haciendo esa ruta y decirle que te baje a la costa, pagándole 10 céntimos más, el viaje te sale por 50 euros", explica con tristeza Sergio López, transportista autónomo de Almuñécar, mientras se concentra con un grupo de compañeros de profesión en las inmediaciones de una empresa logística de hidrocarburos cercana al Puerto de Motril para informar a los conductores de los vehículos que salen de la instalación la importancia del paro indefinido que llevan cuatro días defendiendo. Una comparación que el transportista hace para que la gente entienda que, pese a que el precio de los carburantes ha sido la gota que colma el vaso, no es el único problema que vienen arrastrando y reivindicando desde hace años. "Es lamentable y triste tener que hacer esta comparación, pero hemos llegado a un punto que no podemos seguir trabajando así".

Situación insostenible que les ha abocado a una situación de quiebra total. "Antes salía de mi casa y me pasaba días y días en la carretera, pero merecía la pena, entraba dinero suficiente a mi casa para que mi familia pudiera comer e ir pagando la letra del camión, pero desde hace unos meses la cosa se fue a pique y estoy trabajando a pérdidas", señala López mientras añade que uno de los grandes problemas que tienen es la libre especulación de los portes. "Nosotros no ponemos el precio de los portes que hacemos, la gran Patronal y los sindicatos mediante la agencia, estipulan los precios del trabajo, están subiendo los precios del gasoil, la electricidad y los propios productos, sin embargo, nosotros tenemos los precios marcados y sin posibilidad de subir, y encima cuando el usuario se queja de los altos costes nos echan la culpa a los transportistas, cuando en la mayoría de los casos estamos teniendo que poner dinero de nuestro bolsillo".

Pero no es el único. Antonio Fernández lleva toda una vida pegada al volante de su camión. Tras 56 años de servicio en su pequeña empresa de transporte y haber llevado "casi de todo" a distintos puntos de Europa y Marruecos, no da crédito a la situación de extremada emergencia a la que "tanto el Gobierno como los grandes sindicatos han permitido que lleguemos". Aunque él ya está jubilado, "he sufrido tres infartos", está luchando desde el primer día junto al resto de transportistas porque "estamos cansados de que nos traten de esta manera, de que permitan que entre producto procedente de terceros países sin que tengan que pagar los mismos impuestos que nosotros, mientras los agricultores y transportistas nos morimos de hambre", "sigo luchando porque yo ya estoy jubilado pero me sigue removiendo las entrañas por dentro ver como durante la pandemia nos trataron de héroes, todo se transporta, hemos tenido que soportar largas horas de trabajo sin tener ni siquiera un área de servicio donde descansar para que se asegurase la comida o el material sanitario, y ahora sin embargo nos tratan como a ratas".

Fernández indica que sigue luchando por sus hijos. Belén y Moisés Fernández continúan con el negocio familiar, y han tenido que poner a la venta parte de su patrimonio personal para poder seguir trabajando y conseguir que la pequeña empresa familiar no se vaya a pique. Algo que no saben hasta cuándo podrán seguir haciendo. "Hay que seguir pagando las letras de los camiones, los distintos seguros, el autónomo, el IRPF, si un camión me factura 10.000 euros estamos teniendo pérdidas de entre 2.000 y 3.000 euros, dentro de poco no podremos asumirlo", cuenta Moisés, mientras incide en que "o paramos, o nos paran, pero en esta situación no podemos continuar". 

Moisés, Antonio y Belén en un piquete informativo montado en Motril Moisés, Antonio y Belén en un piquete informativo montado en Motril

Moisés, Antonio y Belén en un piquete informativo montado en Motril / Alba Feixas

Total desprotección

Por su parte, Belén relata un episodio que le ocurrió el año pasado y que a día de hoy sigue sin comprender, pero que ilustra la situación de desprotección a la que se enfrentan en cada uno de sus viajes, ya que si le pasa algo a la mercancía o en el destino de origen consideran que algo no está bien, realizan los portes en vano. "En uno de los viajes transportaba un camión completo de pan congelado y al llegar al almacén de destino me dijeron que no lo querían porque no venía en buen estado. No daba crédito a lo que me estaban diciendo, las neveras de mi camión estaban perfectamente, el producto no había sido manipulado en ningún momento, así que llamé a la inspectora de Sanidad de Navarra –destino final del producto- para poner una denuncia y pedir que viniesen a inspeccionar el pan para ver si realmente estaba mal, y esa inspectora me dijo que si estaba segura de que quería denunciarlo porque iba a repercutir en mi empresa. No me podía creer lo que me estaba diciendo. Por su puesto que quería denunciarlo, yo no soy inspectora, soy transportista y si llevo mi producto en perfectas condiciones de un punto a otro y no me lo aceptan quiero saber qué pasa", resignada continúa relatando que "al final hasta me obligaron a pagar la destrucción del pan, 1.000 euros que tuve que poner de mi bolsillo porque no lo querían ni para comida de animales".

Y añade cabreada que nadie quiso hacerse responsable, "no me pagaron el porte, que tengo que decir que fue un porte de mierda, unos 600 euros, y sanidad se lavó las manos".

Pero no es el único caso. Sergio López, recuerda que en una ocasión tuvo que hacer noche en una estación de servicio y sorprendió a varias personas rompiéndole la lona del camión para robar varias cajas de cerveza. "Cuando llegué al almacén me dijeron que no querían el producto porque no sabían si habían manipulado de alguna manera el resto del material, me vi con un porte hecho para nada que no cobre, horas desperdiciadas, el miedo de que nunca sabes si cuando te están robando te harán algo a ti y teniendo que pagar una lona nueva".

"La Patronal no nos representa"

"Estamos cansados de ver cómo van diciendo que esta huelga apenas está teniendo repercusión, que somos una minoría", indica Belén mientras apunta que "los autónomos y pymes del transporte representamos a un 80% del sector, fijate si somos pocos, pero a los grandes sindicatos les interesa más seguir diciendo que somos una minoría".

"No nos sentimos para nada representados por la Patronal o por los grandes sindicatos", añade López mientras pregunta que a donde han ido a parar los muchos millones que el Gobierno dio a los sindicatos en subvenciones para ayudar al transporte, ya que por mucho que preguntan entre el sector, no conocen a nadie que haya recibido una ayuda. E inciden en que no les puede representar una persona que "dice que trabaja por defender nuestros derechos y cuando hay un beneficio, no lo reparte". 

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