Cultura

Autopsia de la liturgia

  • 'Opus Dei. Arquología del oficio'. Giorgio Agamben. Pre-Textos. Valencia, 2013. 224 páginas. 18 euros.

El filósofo romano tiene en la cabeza el punto de llegada, algo así como una prevención encabalgada sobre una invitación para los "filósofos que vienen": pensar una ontología más allá de la operatividad y del mando, y una ética y una política por fin liberadas de los conceptos de deber y voluntad. Opus Dei es el libro que deletrea el Giorgio proceso arqueológico seguido por Agamben para llegar a esta conclusión, una perforación histórica, filológica y filosófica que desentraña el corazón de una serie de conceptos comunes donde yace desapercibida la clave para comprender la genealogía de las transformaciones ontológicas de la modernidad.

Así, la raíz de nuestra idea del ser, de la ética, de la política o de la economía Agamben va a buscarla al cristianismo primitivo, al concepto de officium -que traducía el "liturgia" griego, vocablo que hacía referencia a un "servicio público"- con el que la Iglesia católica designó la función sacerdotal como trasunto de la ejercida por el propio Jesucristo. Pero ahí donde la mayoría sólo vería la lenta e interesada constitución del ministerio sacerdotal como fuente de poder, el filósofo advierte el decisivo giro que para la ontología y la praxis tuvo la consolidación hegemónica del concepto de oficio: rastreando el "misterio del ministerio", es decir, extrayendo las consecuencias de que en el oficio "ser" y "praxis", "lo que el hombre hace" y "lo que el hombre es", entran en una zona de indistinción, Agamben muestra paso a paso la sustitución de la ontología clásica por otra fundamentada en la liturgia sacramental y que luego se fue secularizando (paradigma rastreable con facilidad en las liturgias de los partidos totalitarios del siglo XX y en sus súbditos, donde se aprecia con claridad la experiencia del ser cautivo de la operatividad: un ser puesto-en-obra en el que categorías como potencia y acto tienden a indeterminarse). Desbrozando el camino que va de la praxis sacerdotal a la del resto de ocupaciones de la vida, como la que rige el comportamiento del funcionario o el militante, Agamben nos propone pensar en nuestras acciones, en las propias de hombres reducidos a lo que "debemos hacer", oficiantes laicos de un misterio que nos necesita pero que pone en entredicho nuestra responsabilidad última.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios