El Athletic Club aguantó al final del choque la embestida de un Sevilla volcado al ataque y logró un triunfo que le cambia mucho la cara y le redime de la decepción europea del jueves, cuando casi quedó eliminado de la Liga Europa.

Un remate sin portero desde la frontal que Aduriz no fue capaz de colocar entre los tres palos cuando se llevaban sólo once segundos de juego avanzó lo entretenido que iba a ser el partido. Respondió rápido el Sevilla, cinco minutos después, pero a Navas se le fue demasiado cruzado su disparo, escorado a la derecha.

Justo cuando el Sevilla se sentía mejor, De Marcos abrió el marcador. Lo hizo casi sin querer, con un toque sutil a un centro de Aurtenetxe al que casi no se atrevió a rematar. Pero finalmente puso el pie y la pelota entró junto al palo derecho de la meta de Palop. Antes del descanso, Aduriz se redimió de su falta de acierto inicial con una prolongación de cabeza, que dejó casi hecho el tanto a Susaeta.

De vuelta de vestuarios el Sevilla se hizo con el partido y el choque se embaló. Abrió fuego Babá con un fuerte disparo lejano y siguió Susaeta rematando alto un pase de De Marcos. Después Iraizoz respondió con dos paradones en la misma jugada. Primero ante Babá en un mano a mano y tras el despeje a un fuerte tiro de Negredo.

Acto seguido llegó una de las jugadas que varió el rumbo del choque, la expulsión de Ander Herrera por dos amarillas. Y poco después la segunda, el penalti por mano de Iraola, transformado con solvencia por Negredo, aunque el Sevilla no dispuso de ocasiones para empatar en el cuarto de hora que restaba.