Raúl encontró en El Molinón el escenario adecuado para rebasar la marca del legendario Alfredo di Stefano y sellar su cifra anotadora como madridista en los 309 tantos, los dos últimos ayer ante el Sporting, que alientan algo el futuro hacia el liderato de la Liga, ahora situado a diez puntos.

El triunfo del Real Madrid en Gijón envolvió la reivindicación de alguno de sus jugadores, en ocasiones cuestionados. Así, el holandés Klaas Huntelaar, llegado en el mercado de invierno, marcó su primer gol como madridista desde su fichaje.

El brasileño Marcelo, distanciado de la presión que sobre él ejerce el Santiago Bernabéu, completó un gran partido como centrocampista, que redondeó con su primer tanto oficial con la camiseta blanca. Además, Juande Ramos dio minutos a los canteranos, y así Miguel Torres, Javi García y Parejo contribuyeron en la segunda parte.

El conjunto blanco salió dispuesto a sentenciar lo antes posible y su dominio fue desde el minuto uno. Su centro del campo ahogó a su rival, al que impidió, prácticamente, dar dos pases seguidos. Una tarea en la que destacó especialmente el francés Lassana Diarra, que no sólo cortó balones sino que los jugó, todos ellos con sentido.

En un centro sin aparente peligro, Raúl apareció entre los dos centrales rojiblancos y tocó con la punta del pie lo suficiente para que el balón superase a Lafuente.

A pesar del gol de ventaja, el Real Madrid siguió con las líneas muy adelantadas y llegando con facilidad al área del Sporting, que se limitó a sacar balones de su defensa a pelotazo limpio. No hubo ninguna llegada con peligro al área de Casillas, que dispuso de una plácida primera parte y los pocos balones centrados al área madrileña fueron despejados con autoridad por el portugués Pepe y el italiano Cannavaro. En otro error de la defensa local, Huntelaar estableció el 0-2. El tanto acabó con la ansiedad del atacante holandés, que por fin marcó su primer gol con la camiseta blanca, empezando a demostrar el porqué de su fichaje.

La vuelta de vestuarios mantuvo la dinámica de la primera parte. El Real Madrid no permitió que el Sporting se asentara en el terreno de juego, y Marcelo, en jugada personal, estableció de tiro cruzado el 0-3 en el marcador. Por si no lo estaba antes, dejó redondeado el partido, y el gol relajó a los madrileños y dio algo de ánimo a los rojiblancos, que empezaron a crear algo más de fútbol y alguna oportunidad.

Una de las ocasiones locales llegó en un disparo sin aparente peligro de Kike Mateo en un balón en el que Casillas se hizo un lío y acabó desviando con apuros a córner. La jugada, sin embargo, fue el preludio del 0-4, que llegó de nuevo al recoger Raúl un rechace de Lafuente a tiro de Higuaín, que el delantero madridista sólo tuvo que empujar para establecer el marcador final.

El resultados pudo haber variado si a un minuto del final Barral hubiera estado más acertado en un disparo que fue al poste.