El mejor de los escenarios sacó a relucir las mejores galas de los futbolistas más destacados del equipo. Todo dentro de una noche mágica del colectivo, pero con destellos de gran categoría. Isco, por supuesto, acaparó la noche. Los dos goles, en dos suertes que domina muy bien, guindaron su homenaje al fútbol, a la Champions. Regateó a casi todos los rusos que buscó y desesperó, literalmente, a Spalletti. Ahí quedan las imágenes para certificarlo. Magia en el 1-0 y rabia en el tercero salvador.

Joaquín no le fue a la zaga. El gaditano también se salió, aunque perdonó en boca de gol una ocasión increíble. Hasta tres defensores llegó a tener delante y a todos los amargó. En clave defensiva, no menos brillantes fueron las apariciones de Caballero, que evitó tres goles cantados en los momentos en que más apretaba el Zenit. Weligton le evitó mayores disgustos. En tres ocasiones supo deshacer desaguisados en el área gracias a su rapidez de reacción. Dejó buenas maneras en su estreno Iturra, que se acopló rápido. Camacho pareció Toulalan.