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Cimientos para empezar la casa

  • Nueva demostración de orden y capacidad defensiva del Granada, que ofrece una gran imagen ante el Deportivo Los rojiblancos acumulan dos partidos seguidos sin encajar goles

En la etapa de Anquela se decía que el principal problema del Granada en esta Liga, lo que hacía que estuviera tan abajo en la clasificación, era la falta de gol. Dos partidos han demostrado que no hay nada más lejos de la realidad. El pero no estaba en no marcar, estaba en recibir casi siempre. Dos encuentros y la portería a cero, algo que hasta ahora no le había ocurrido a los rojiblancos. Lucas Alcaraz sí lo tenía claro. Desde el momento en que firmó supo que el problema no estaba arriba, que estaba atrás. Como el buen obrero, empezó la casa por los cimientos.

Defienden, y atacan, once

Decía Paciencia, técnico del Deportivo durante la semana, que el Granada defendía con ocho, queriendo alertar a los suyos de la táctica 'amarrategui' de los rojiblancos. Qué equivocado está el preparador portugués, que está mostrando en su primera andadura en España tan errático en sala de prensa como dirigiendo a su equipo. En el fútbol, amigo Domingos, se defiende con once, igual que se ataca con once. En bloque y sin fisuras, trabajando, como debajo de los pasos de Semana Santa, 'tos por igual'. Torje, tremendo su partido defensivo el suyo, es un buen ejemplo.

Paciencia echa una mano

El entrenador luso, seguro que sin quererlo, echó ayer una buena mano al Granada. Su compatriota Pizzi fue el mejor jugador del Deportivo en la primera parte. Por detrás de Riki, se movió bien entre espacios y constantemente se mostraba a sus compañeros acaparando todo el protagonismo local en ataque. Paciencia lo sacó de ese puesto al meter a Oliveira en el descanso y lo mandó a banda, donde en el segundo acto no olió el balón. Además, se acordó de Valerón -es un espectáculo verle jugar- cuando el choque ya estaba decidido.

empaque

Lo que se había echado de menos en el Granada en muchos encuentros de esta temporada era madurez, personalidad, solidez, fortaleza, protagonismo... en definitiva, tener empaque. El equipo lo tuvo ante el Madrid y anoche en Riazor. Casi siempre supo qué hacer, mandó en el partido, teniendo más o menos tiempo el balón, y se llevó un triunfo inapelable.

mecanizado

Alcaraz lleva una semana de trabajo y parece que acumula dos años dirigiendo al mismo bloque. El Madrid le creó una ocasión en noventa minutos, el Deportivo una y media en otros noventa. Los automatismos defensivos son una realidad, ayudados por el colosal trabajo -ayer estuvieron enormes todos pero sobre todo ellos- de Toño, Mainz, Íñigo y Rico, la columna vertebral zaguera del equipo. En ataque pasa igual, movimientos fluidos, entendimiento entre futbolistas, capacidad para saber siempre qué hacer con el balón... vamos, una delicia.

todo a favor

Y un poco de suerte, que nunca viene mal. El gol llega después de que Riki falle la mejor ocasión de los gallegos, dos goles marcados por el rival, dos tantos sin tirar a puerta en un partido y medio, un árbitro que, aunque ya diera igual, te pita un penalti que no es y no te perjudique. Y encima, una jornada propicia que te deja en una situación extraordinaria en la clasificación. Cuestión de dinámicas, que lo llaman los expertos.

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