Liga adelante

Cuestión de carácter (2-1)

  • El Granada CF sufre para remontar un partido que se le pone cuesta arriba en un principio. La expulsión de Melli en la segunda parte trae la reacción de los locales y llegan los goles.

Se salvó un partido muy comprometido y que no se vio claro en ningún momento. La fuerte lluvia que cayó antes de comenzar el partido y parte de la primera mitad, dejó el terreno de juego muy pesado y eso condicionó el desarrollo. A estas alturas lo que cuenta es asegurar los puntos, por encima de un juego más o menos preciosista. El Tenerife se presentaba como una víctima propiciatoria, aunque se mostró como un rival dispuesto a dar sus últimos coletazos antes de caer al precipicio de la Segunda B. Durante mucho rato saboreó el triunfo, a sabiendas que de poco le iba a servir, pero con el orgullo de un equipo que no dará su brazo a torcer hasta el último momento.

El Granada CF apeló al carácter para levantar un encuentro enquistado por el agua. Un tempranero tanto de Pablo Sicilia estropeó el guión y no quedó más remedio que ir a remolque durante mucho rato. El terreno de juego se puso muy rápido y provocó imprecisiones tanto en los controles como en los desplazamientos de balón. El fútbol fluido de otras ocasiones no apareció y se esperó a que las circunstancias cambiaran en la segunda parte. La expulsión de Melli al recibir su segunta tarjeta amarilla por cometer una falta sobre Dani Benítez, aclaró el panorama. El equipo se creció al verse con uno más y el cuadro tinerfeño se descompuso. Llegaron dos goles en un intervalo de doce minutos y la victoria ya no corrió peligro.

El choque se puso feo desde el principio, como la lluviosa tarde que se presentó y que provocó la peor entrada de la temporada en Los Cármenes. Muchos se enfriaron por la climatología y los jugadores también fueron presa de esa relajación. En el primer tanto faltó contundencia para defender una jugada a balón parado. Nadie salió al quite y permitió que Pablo Sicilia rematara de cabeza un envío de falta de Julio Álvarez. Mainz recibió poco después una tarjeta amarilla en una acción que no lo mereció y los nervios comenzaron a aparecer entre los aficionados con destino hacia el árbitro. Ante ese desconcierto pudo llegar el segundo del Tenerife. Iriome erró cuando se encontraba solo tras un pase de Nino.

Arreció una granizada y el equipo rojiblanco no atinó a enlazar su habitual fútbol que desarrolla en casa. Ighalo acusó el estado de terreno de juego. Dispuso de una oportunidad a la media hora, pero su lanzamiento acabó fuera. Al filo del descanso llegó el encrespamiento por parte de la grada con el colegiado vasco. El nigeriano marcó un gol tras un pase de Orellana y fue anulado a instancias de uno de sus asistentes al interpretar que estaba en fuera de juego. Después le pitó otro a Dani Benítez, muy discutible.

Fabri dio entrada tras el descanso a Rubén, pese a que Mensah había cumplido en una posición desconocida para él. El Granada CF empezó a carburar y más cuando fue expulsado Melli al recibir la segunda amarilla. Esa situación descompuso al Tenerife. Se replegó para tratar de mantener su ventaja y recibió dos goles. Ighalo hizo el primero después de otro gran pase de Orellana. Con sangre fría resolvió. Tuvo otra poco después, pero no supo resolver en con la vaselina que efectuó. Salió Collantes y el equipo ganó en profundidad. Una internada de Nyom por la derecha desencadenó el segundo. David Prieto introdujo el balón en su portería al intentar impedir el remate de Ighalo. El Tenerife ya lo dio por perdido y no dio síntomas de revertir la situación. Los puntos no se escaparon.

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