Granada-osasuna

Esfuerzo sin premio (0-0)

  • El Granada merece algo más que el empate ante un rácano Osasuna que apenas inquieta en ataque Los rojiblancos hacen méritos para sentenciar el choque en el primer tiempo

No se le puede pone ningún pero al Granada por no haber sacado adelante el encuentro disputado ante el Osasuna. Los jugadores de Lucas Alcaraz hicieron méritos de sobra para llevarse los tres puntos, sobre todo en una excepcional primera parte. Pero anoche, los que se encargan de determinan el destino del equipo rojiblanco no estuvieron por la labor de que se reflejara en el marcador lo que hubiera sido de justicia: la victoria y los consiguientes tres puntos con los que comenzar de forma positiva la segunda vuelta de la temporada. Jugar más y mejor no siempre sirve para ganar.

El Granada lo intentó casi todo ante un rival que vino a por el empate inicial y a ver si le sonaba la flauta en forma de un triunfo que hubiera sido el colmo, porque apenas intentó algo en el aspecto ofensivo. Bien pudieron los de Javi Gracia retirarse al descanso con un par de goles en contra como mínimo. Ahí estuvo la clave, porque la suerte, los postes y algunos errores de los locales en la definición estuvieron de su parte durante todos y cada uno de los primeros 45 minutos. En del segundo periodo les fue más fácil aguantar ante un Granada que se fue desfondando poco a poco víctima del tremendo esfuerzo realizado.

 

Y eso que el Osasuna intentó asustar de salida. Los pamploneses empezaron dispuestos a que los locales no movieran el balón con comodidad. Para ello, los visitantes presionaron en el centro del campo con lo que recuperaron varios balones y merodearon el área granadinista. Los rojiblancos tardaron apenas cinco minutos en ajustar sus líneas y en tomar la iniciativa. El esférico cambió de dueño en un pispás. Así se produjo la primera ocasión. Un centro de Nyom llegó al segundo palo, donde Brahimi, solo, pifió en su remate (6'). Poco después lo intentó Iturra con un chut lejano, pero sin puntería.

 

A los diez minutos el ritmo ya lo marcaba claramente el Granada. Sin ninguna prisa, empezó a mover bien el balón, con paciencia y mucho sentido. Y a replegarse con orden cuando el Osasuna intentaba asomar la cabeza.

 

Cuando más cómodo parecían jugar los granadinistas llegó un  aviso de los navarros. Fue en un rápido contragolpe que culminó Riera. Su tiro, dentro del área y después de recortar a Mainz, resultó demasiado cruzado (14').

 

Bien pudo Recio adelantar a los de Alcaraz. Tras forzar Brahimi un saque de esquina, Fran Rico puso el balón en el segundo palo, donde el malagueño cabeceó al palo (19'). Cinco minutos después la tuvo Murillo tras un perfecto centro de Nyom desde la banda derecha. El remate del colombiano fue rechazado a córner por un defensa pamplonés (24'). Eran minutos en los que el partido no tenía más color que el rojiblanco.

 

A la media hora sólo faltaba un  gol que luciera en el marcador.  A ello se habían hecho merecedores los locales por juego, ocasiones, posicionamiento y entrega. Para botón, una muestra. El Arabi luchó y recuperó un balón cuando la defensa osasunista intentaba alejarse de su área. El marroquí malogró su esfuerzo con un tiro muy alto (30').

 

Los de Javi Gracia intentaron estirarse un poco y apenas inquietaron en una jugada en la que la defensa granadinista tardó más de la cuenta en sacar el balón de su área. Cuando lo hizo fue para crear otra gran ocasión. El Arabi se fue por la derecha hasta casi la línea de fondo, desde donde puso el balón a un Recio que llegaba desde atrás. El chut del malacitano se fue otra vez al poste, si bien en esta ocasión por la parte de fuera (35').

 

Y otra más. En una falta desde la derecha, Piti tiró de estrategia para, en vez de colgar el balón, ponérsela al borde del área a Fran Rico, que marró en la ejecución (40'). Ahí no acabó la cosa porque sólo tres minutos después Piti metió el esférico entre líneas a El Arabi. El norteafricano se fue de su marcador y se plantó delante de Riesgo, que en una buena salida desbarató la acción. Y hubiera sido injusto que el Osasuna hubiera sacado fruto en una peligrosa falta en el borde del área en la última jugada del primer tiempo. 

 

Así se llegó al descanso. El aficionado local optó por ver el vaso medio vacío se quedó con la amargura de ver a su equipo desperdiciar no pocas ocasiones de gol. El que vio el vaso medio lleno, le quedó la satisfacción de ver al Granada jugar bien al fútbol durante 45 minutos con la convicción de que el gol iba a llegar tarde o temprano... aunque luego no se produjera.

 

Tras la reanudación no tardó el Granada en volver a gozar de otra ocasión. Sólo tres minutos. El Arabi controló dentro del área,  pero le aguantó bien un defensor visitante cuando el marroquí, quizá algo lento, se disponía a 'ejecutar' a Riesgo. Poco después fue Angulo el que buscó sorprender de lejos al meta navarro, sin éxito.

Después de los primeros arreones, el ritmo empezó a bajar. Poco a poco, de forma casi imperceptible, el esfuerzo realizado por los jugadores del Granada empezó a pasar factura. Y el balón comenzó a alejarse del área osasunista. 

 

Al cuarto de hora del segundo periodo, los locales volvieron a dar señales de existencia en ataque. A El Arabi le faltó un poco más de velocidad para resolver dentro del área tras una embarullada jugada protagonizada por Piti. 

 

Los minutos empezaron a coger velocidad y el Osasuna, a aventurarse a cruzar la raya divisoria del campo, aunque de higos a brevas. ¿Quién no temían en ese momento que se amargara la noche en una jugada aislada?

 

El balón cambiaba de dueño con más asiduidad de lo querido. Y a ir de un lado a otro. Así, en apenas un par de minutos se vio a El Arabi cabecear fuera un centro de Piti y a Riera, en el otro campo, acabar una larga jugada de ataque navarro con un disparo tan lejano como desviado. 

 

Precisamente el marroquí fue el protagonista del primer y único movimiento que decretó Alcaraz, que intentó dar más frescura al ataque de su equipo con la presencia de Riki. Y es que el juego de los rojiblancos perdía fuelle por momentos. Tanto que a la media hora el Osasuna, sin demasiados alardes, se estiró un poco al comprobar que, por momentos, gozaba de la posesión del balón.

 

No obstante, los locales se negaron a tirar la toalla y sacaron fuerzas de flaqueza. Sin demasiado peligro cabeceó Piti una asistencia de Recio (76'). Menos puntería mostró el catalán un par de minutos después en un chut desde el más allá con el que casi envía el balón fuera del estadio.

 

Sin apenas gasolina afrontó el Granada el último tramo del encuentro. Quizá, con la mente  puesta en evitar que en una jugada desgraciada la injusticia que a veces ofrece el fútbol le quitara también el punto que tenía. El Osasuna también pensó lo mismo, en que había que asegurar ese punto al que no se había hecho merecedor.

 

En los últimos instantes, lo buscó el Granada por activa y por pasiva. Piti, erre que erre, lo volvió a intentar desde muy lejos a falta de tres minutos para el final. Esta vez el balón se perdió muy ajustado a la escuadra de la portería defendida por Riesgo. Fue la última ocasión de las muchas que dispuso el cuadro granadino.

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