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Estrada devuelve la del Molinón (2-0)

  • El árbitro acude al rescate del Granada cuando peor lo estaba pasando al anular un gol que parece legal al Sporting y conceder un penalti sobre Barral muy dudoso. Primera vez que el equipo encadena dos triunfos.

El Sporting tiene todo el derecho del mundo a sentirse 'tangado' de Los Cármenes. Al igual que el Granada se sintió de la misma manera en la primera vuelta en El Molinón. Lo que quedará es que el colegiado acudió al rescate de los rojiblancos cuando peor estaban pasándolo, cuando los de Abelardo habían dado un paso adelante y estaban poniendo muy en duda la victoria de los granadinos en el partido de anoche. Aún así, a los puntos podría decirse que el Granada fue el justo vencedor, aunque los goles no llegaran cuando estaba haciendo más méritos. Los de José González, a pesar del atasco al que les empujó el Sporting, fueron muy superiores a los asturianos en la primera parte, aunque en la segunda se volvieron las tornas hasta que Estrada Fernández desquició a los visitantes anulándoles un gol que sólo es fuera de juego con la escuadra y el cartabón de la tele, y con un penalti más de no que de sí sobre Barral que marcó el partido.

Para llegar al 2-0 final pasaron demasiadas cosas que al público de Los Cármenes les encogió el corazón. Por primera vez esta temporada vieron a un equipo espeso y sin saber qué hacer en ataque, algo que al menos con Sandoval se tenía claro aunque no llegara casi nunca a buen puerto gracias a los de atrás. Sin embargo, también vio más tranquila cómo en defensa al equipo le hacían pocas cosquillas, aunque fueran algunas más en la segunda parte. No jugaron bien los rojiblancos en el debut de José González en el que es su nuevo estadio, aunque eso a los de la grada les da igual una vez se sumaron los tres puntos. Es la primera vez esta temporada que el Granada enchufa dos triunfos seguidos y la segunda vez seguida que deja la portería a cero. En eso sí supera ya el técnico gaditano a Sandoval. Parece que no era tan difícil.

El nuevo Granada de José González no está hecho para mandar con la pelota. Se demostró durante la primera entrega del encuentro. Quizás con el entrenador madrileño y el 4-2-3-1 que profesaba se le hubiera hecho mucho más daño al Sporting, pero tanto Abelardo como José situaron dos líneas de cuatro bien juntitas que hicieron del partido un bolo bastante difícil de digerir. Los rojiblancos tenían problemas para elaborar y sólo conseguían crear algo de dudas a los jugadores visitantes cuando Rochina se descolgaba de la banda y se iba hacia adentro, o cuando Fran Rico, único jugador creativo de la medular junto al 'keniata' Doucouré, conseguía dar un pase a la espalda de los laterales, sobre todo cuando se incorporaba Miguel Lopes. Este sistema mostró a un Granada con iniciativa pero espeso a un Sporting muy metido atrás y que no inquietó a Andrés Fernández en la primera parte. Sólo una galopada de Jony con pase sin rematador y un cabezazo de Luis Hernández desviado fueron las ocasiones de los de Abelardo.

El Granada sí dispuso de más aunque realmente sin ser oportunidades decisivas. La más elaborada fue de El Arabi, que cabeceó de lejos un centro de Biraghi a las manos de Cuéllar. Las demás fueron de tiros lejanos. Un rechace del arquero asturiano al que no llegó El Arabi, una volea de Fran Rico que repelió el de negro y otro de Rochina con el mismo destino.

El partido estaba siendo de un gol y a dormir, y de eso se dio cuenta Abelardo, que decidió sacar a los suyos de la cueva en la segunda parte. José González no se lo esperaba y el Granada empezó a pasarlo mal. Lora empezó a caer hacia dentro y Doucouré se veía superado ante la multiplicación del trabajo. Entró Rubén Pérez para tratar de cortar una sangría que estaba amenazando muy seriamente al Granada. El toque de atención más grande fue el gol anulado a Sanabria por fuera de juego tras un rechace del larguero y el poste a trallazo de Mascarell (48'). Parece que está bien anulado, pero sólo lo demostró una de esas repeticiones con línea trazada. Perfectamente pudo ser válido.

Este hecho indignó y levantó más al Sporting, que tuvo al Granada a su merced en los primeros minutos de la reanudación. Aunque los locales lograban que los ataques rivales quedaran en nada, los del Pitu pasaban demasiado tiempo en campo granadino. Entró Barral para descompensar un poco más a la zaga sportinguista y fabricó la jugada decisiva que rompió el partido. Un balón raso al área en el que recorta a Mascarell y este, al parecer, le barre con la rodilla. La repetición dice que no pero en el campo dio la impresión. El Arabi le pegó mejor que en Riazor (1-0).

El Sporting quedó tocado y empezó a no dar pie con bola pese a los intentos de Halilovic. Pero la expulsión de Abelardo y la posterior de Sergio Álvarez no evitaron el sufrimiento. El Granada concedió varias jugadas a balón parado al conjunto asturiano que no tuvieron recompensa. Y es que, en el fondo, el fútbol le debía la victoria que se le fue en El Molinón al Granada en la primera vuelta, y lo que llegó fue el 2-0 de la sentencia con el tiempo ya cumplido, marcado por Success pero con el sello de Doucouré, que recuperó el balón en la frontal.

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