¡Gigante!

"Aquí empecé. Aquí he acabado". Con estas palabras la esquiadora más grande de la historia de España anunció lo que era un secreto a voces: su retirada de la alta competición. María José Rienda puso así fin a 17 años en la élite mundial de un deporte que en este país apenas ha dado nombres. La granadina forma ya parte de un Olimpo en el que sólo están los hermanos Paquito y Blanca Fernández Ochoa.

La noticia se produjo en su casa, en la estación invernal granadina de Sierra Nevada. A las 16:34 minutos de la tarde de ayer, visiblemente emocionada, dijo: "Oficialmente dejo el deporte de alta competición. Comienza una nueva etapa para mí". Esta manifestación la hizo arropada por el secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler; el presidente de la Federación Española de Deportes de Invierno, Eduardo Roldán; numerosos familiares; políticos y muchos amigos.

María José Rienda (Granada, 12 de junio 1975) recordó que a lo largo de su carrera ha vivido "momentos inolvidables y emociones muy fuertes". No eludió rememorar las graves lesiones que ha sufrido y que, según sus propias palabras, afrontó "como grandes retos". A modo de máxima para transmitirla a futuros deportistas, arguyó que "he intentado sonreír siempre, en lo bueno y en lo malo".

Un momento especialmente emotivo fue cuando Rienda quiso dejar bien claro que "me voy en paz conmigo misma", y añadió mirando al futuro que "espero servir de ejemplo a las nuevas generaciones de deportistas".

"Gracias a todos. A patrocinadores, seguidores, a los que me han ayudado en todo momento pero, en especial, al equipo más cercano, al que ha compartidolos momentos más duros, entre los que está mi familia", subrayó María José Rienda, que arguyó: "Me he dedicado en cuerpo y alma a lo que más me ha gustado".

Un sentido "hasta siempre" puso colofón a lo que la granadina anunció, con voz entrecortada, su adiós oficial a la mejor carrera que ha dado el esquí femenino español. Rienda es la única española del deporte de la nieve con cinco participaciones en unos Juegos Olímpicos. Además, ha participado en siete Campeonatos del Mundo y es la esquiadora de nuestro país con más victorias en la Copa del Mundo (seis), competición en la que se proclamó subcampeona en la prueba de slalom gigante en la temporada 2005-06 y fue tercera en las campañas 2003-04 y 2004-05.

Tras un aplauso, que se sintió en todos los rincones de la estación invernal granadina y duró larguísimos minutos, María José Rienda no pudo contener laslágrimas, lo que contagió a no pocos asistentes, a los que puso en pie en el cine Telecabina, lugar en el que desarrolló el acto. Cuando pudo articular palabra, reconoció que "estos días hansido muy intensos, en los que he sufrido una gran persecución". No obstante, quiso destacar sobre todo que "estoy muy contenta por estar en Sierra Nevada,mi tierra, que es el mejor de los sitios".

La esquiadora esgrimió estar "orgullosa" de haber representado a España durante tantos años: "He llevado su bandera con la cabeza bien alta". Sobre su carrera deportiva, Rienda apostilló que los mejores momentos han sido "todas las metas deportivas que he conseguido, las victorias, los podios... Vamos, haber estado tanto tiempo arriba a nivel mundial". De igual modo, en referencia a sus peores vivencias en la competición, declaró que "siempre son las lesiones", pero al hilo no tardó en enfatizar que "estoy orgullosa de haber vuelto a pelear", aunque reconoció que después de dos importantes intervenciones quirúrgicas en las rodillas "no he podido volver al nivel en el que estaba con anterioridad". A este respecto, dijo que "quizá no estaríamos aquí, despidiéndome, de haber obtenido mejores resultados esta temporada".

Sobre su futuro, la esquiadora aseguró que seguirá ligada al mundo del esquí. Tras conocer su designación como directora del Plan de Tecnificación y Alto Rendimiento de la Real Federación Española de Deportes de Invierno mostró su disposición a trabajar "en los despachos o en el campo, donde sea necesario". Y añadió: "Hay que cuidar mucho la base".

"Las botas de esquí son como las zapatillas: hay que llevarlas siempre".Fueron sus últimas palabras. Hasta siempre.