Villarreal-granada cf

Impotencia ante colectivo 'amarillo' (3-0)

  • El conjunto rojiblanco es vapuleado por un Villarreal que se muestra muy superior en todas las facetas del juego La goleada recibida supone la primera derrota de los de Lucas Alcaraz fuera de Los Cármenes

Si se le trata con cariño, el balón responde. Es lo que hizo el Villarreal ante un Granada superado por un juego colectivo aderezado con velocidad, verticalidad, precisión y calidad, todo ello salpimentado con esfuerzo a granel. El partido no tuvo más color que el amarillo y el resultado no admitía otro que no fuera la victoria de los pupilos de Marcelino García Toral, que incluso merecieron un marcador más amplio.

 

La superioridad de los castellonenses fue tan manifiesta como la impotencia de los rojiblancos, que anduvieron casi todo el choque detrás del balón para finalmente ser vapuleados en toda regla. El Granada adoleció de falta de conexión entre sus líneas, contundencia en defensa y generosidad en ataque. En la retina del aficionado rojiblanco pudo quedar alguna acción de Brahimi, pero fueron jugadas de cara a la galería, todo un 'yo me lo guiso, yo me lo como'. Ante un equipo muy superior, no pocas fueron las vergüenzas granadinistas que salieron a flote.

 

Lo que tardó en ponerse el esférico en juego fue casi el tiempo que necesitó el Villarreal en dar  muestras de su velocidad. Jonathan Pereira se fue como  un rayo por la banda izquierda y se la puso a Pina en el borde del área. El remate, muy desviado, rompió todo el encanto de la jugada. 

 

Tras reclamarse dos penaltis, uno en cada área -pareció más claro el que pidió el cuadro local por un agarrón de Yebda a Musacchio- , a los diez minutos los locales ya trataban al balón como un aliado. Los pases cortos y rápidos en las inmediaciones de Roberto no hacían presagiar nada bueno. Ante las mejores maneras de los 'amarillos', los rojiblancos  intentaron no agazaparse en su campo. A los trece minutos, Brahimi protagonizó el primer tiro a puerta tras una jugada, como no, individual. 

 

La contestación del Villarreal fue a base de mayor control, cada vez más cerca del área visitante. En una falta al borde de la misma, con la defensa rojiblanca pensando en las musarañas, Jonathan Pereira no sorprendió a todos porque Murillo, providencial, se cruzó para enviar a córner. El saque de esquina lo remató Musacchio alto (20'). 

Dos minutos después el Pereira local no llegó por los pelos a otra jugada de tiralíneas de los pupilos de Marcelino. Y en la siguiente, Cani se la puso a Aquino, que se le fue alto por poco. El gol se estaba mascando y no tardó en llegar.

 

Un chut desviado desde fuera del área de Buonantotte fue un espejismo, porque a la media  hora el Villarreal volvió a 'enredar' en el área rojiblanca, desde donde Cani sacó el balón al borde del área para que Bruno empalara al fondo de la red, a la derecha de Roberto. Un golazo. Y merecido.

 

Los siguientes minutos fueron un suplicio para los de Alcaraz. Mario envió el balón al lateral de la red del cancerbero rojiblanco (33'). En la siguientejugada, Pereira (Jonathan) estuvo a punto de marcar el segundo en otra rápida llegada del Villarreal. Roberto lo evitó al responder bien a un tiro raso y fuerte junto al palo derecho.

Una buena ocasión de haber hecho algo más estuvo en las botas de Brahimi, que llevó el indiviudalismo a su máxima expresión (40'), lo que fue un brutal contraste con el juego colectivo de los locales, que tres minutos después volvieron a hilar otra gran jugada, con Pereira, Giovani, Aquino y el balón, que se perdió por la línea de fondo, como protagonistas. 

 

Con todos los ingredientes que se cocinaron durante los primeros 45 minutos, llegar al descanso cayendo por la mínima fue casi un logro para los rojiblancos.

Ya se sabe que la justicia es algo tardona en nuestro país, aunque en este caso fue cuestión de minutos, pues nada más reiniciarse el choque llegó el segundo local. Pereira (a estas alturas del partido  sobra señalar que se trataba de Jonathan), se fue como un rayo por su banda tras ganar la espalda a Nyom, levantó la cabeza y vio como Giovani sacaba los colores a Murillo. El mejicano, en el primer palo, tocó lo justo para batir a Roberto.

 

Al segundo tanto recibido respondió Alcaraz con un doble cambio: Riki e Ighalo sentaron a Brahimi y El Arabi (56'). Y los dos no tardaron en dejarse ver con sendos disparos en apenas un minuto. Ambos ajustados, sobre todo el del nigeriano, que se estrelló en la parte externa del poste.

 

Ya sea por lo cómodo del marcador para los locales o por los cambios rojiblancos, el caso es que el Granada dispuso de un pequeño lapsus de tiempo para visitar la parcela del rival. Parecía que los de Marcelino habían levantado un poco el pie del acelerador. Aún así, Cani aprovechó la falta de iniciativa de la defensa granadinista para poner el balón en la cabeza de Pina, que remató solo y a placer a escasos centímetros de Roberto. Fue el gol que cerró la cuenta, si bien pudo haber caído algún otro. 

Si la semana empezó con la primera victoria como local, anoche terminó para el Granada con su primera derrota como visitante. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios