El argentino Sergio 'Kun' Agüero, que reaparecía con el Atlético tras dos ausencias, hizo renacer a su equipo ante el Barcelona, que plasmó su superioridad al principio y con el marcador a favor, pero sucumbió después de que los locales volteasen el 0-1. Agüero cuajó una actuación grandiosa.

El encuentro empezó con un monólogo del Barcelona, que fue dueño absoluto del duelo. Ignacio Camacho, un joven de 17 años al que Javier Aguirre encomendó la complicada misión de echarse a su equipo a las espaldas en la parcela ancha, hizo lo que pudo.

Y en esas apareció Ronaldinho. El Atlético, especialista en rehabilitar a contrarios en baja forma, lo hizo con el brasileño. La estrella azulgrana se sacó de la manga un golazo al rematar de chilena dentro del área un pase de Xavi.

Sólo seis minutos después, el Kun se encontró con un balón dentro del área rival, quebró a Milito y enganchó un disparo que se introdujo en la portería de Valdés con la colaboración de Puyol.

Poco después, otra genialidad suya en forma de pase perfecto a Maxi significó el segundo tanto de los locales, que en doce minutos habían hecho lo que nadie intuía. Las dos dianas dejaron tocado al Barcelona y desató la alegría de un público con su equipo, que despertó en el momento inesperado.

El Atlético volvió a ceder la bola al rival y fió de nuevo su suerte al contragolpe vertical del Kun al que Puyol sólo pudo empujar y hacer penalti, que marcó Forlán, 3-1. Agüero firmó el cuarto en otra contra espectacular. El Calderón era una fiesta y el Barcelona parecía acabado, pero Eto'o marcó el 4-2 y puso incertidumbre.