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Mejor poco pero que sea decisivo

  • El argentino participa en el partido muchísimo más que el catalán, mas ninguna de sus acciones varía el resultado, mientras que el rojiblanco inició con acierto la acción del único gol del choque

Un partido de fútbol lo disputan 22 jugadores, más los que entran desde el banquillo, pero muy pocos de ellos son capaces de convertirse en protagonistas, de ser claves en una victoria, de conseguir los tres puntos en liza solos. Si, a priori, hay que elegir un integrante del Granada capaz de decidir un choque en una acción, ese es Piti. Si hay que hacer lo mismo en el Barcelona, nadie duda de que todos nombrarán a Messi. Francisco y Leo, Piti y Messi, los jugadores en los que rojiblancos y azulgranas suelen poner parte de sus esperanzas de victoria antes del pitido inicial de cada encuentro.

Además, los dos llegaban al choque de ayer en Los Cármenes cuestionados, en entredicho, sin tenerlas todas consigo. El atacante catalán del Granada por no haber rendido esta campaña como todos esperaban de él. Cierto es que las lesiones le han lastrado bastante y que sí que ha cumplido con lo escrito al principio, eso de ganar puntos él solo, como hizo en Vigo, en Valencia ante el Levante o contra el Betis en casa, mas se esperaba mucho más del veterano jugador esta campaña por estos lares. Lo de Messi es comidilla nacional. Tras la eliminación del Barça en la Champions a manos del Atlético de Madrid, las miradas, como casi siempre, se centraron en su bajo rendimiento en ese choque.

La mayor posesión de balón del Barcelona se evidenció en el hecho de que Messi participó mucho más en el juego que Piti, alrededor de medio centenar de intervenciones por 16 intervenciones de Piti, aunque las del argentino no sirvieron para nada y una del granadinista sí. Y es que actuación decisiva del choque tuvo como protagonista al catalán, que asedió junto a varios compañeros a Song y pasó el esférico a Piti en la acción que supuso el 1-0 marcado por El Arabi.

Se dice que Messi jugó andando en el Calderón. Y ayer en Los Cármenes y en el Nou Camp, y en Mestalla. No hay que ver mucho fútbol ni haber seguido demasiado al Barça en los últimos años para conocer que el argentino juega andando siempre. Regula sus esfuerzos, espera su oportunidad para hacer el cambio de ritmo, elige los momentos de carrera. Ayer, por si alguien tenía dudas, quedó claro. Y jugar andando le basta para seguir siendo el mejor del mundo.

Leo participó mucho en el juego, disparó hasta cinco veces para intentar batir a Karnezis y con el paso de los minutos amplió su campo de actuación apareciendo por casi todos los lados del campo, bajando mucho a recibir, aunque ayer no fue ni su día ni el de su equipo.

El talento de Piti tuvo que dejar paso, por este partido, al trabajo, la garra, el derroche físico del veterano jugador, que se lo dejó todo en el campo, sin apenas aparecer en el campo, para trabajar como el que más y permitir a los suyos aguantar el marcador. Lástima que al final acabara con molestias y tuviera que salir.

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