Apenas se han disputado seis jornadas de LEB Oro, pero el Covirán ya ha recordado el nivel de crudeza de la categoría de plata del baloncesto español. El cuadro rojinegro ha pasado de la euforia de tres victorias consecutivas a la decepción de dos duras derrotas ante Melilla y Mallorca. El conjunto granadino no era el Dream Team de Estados Unidos hace una semana ni ahora es una peña de barrio, pues la única realidad a la que debe atender el equipo es a la necesidad de mejorar lo mostrado hasta ahora.

Desconexiones

El bloque de Pablo Pin ha tenido numerosas pájaras en varios encuentros en este inicio de temporada. Si en algo insisten los técnicos de cualquier liga es en la necesidad de mantener la concentración durante los 40 minutos de partido, algo que por normal general garantiza competir en todos los escenarios. En pistas como las de Huesca y Canoe el equipo pecó de irregular en algunos tramos de partido, lo cual siempre cuesta muy caro.

“Una falta de acierto impresionante”

Pablo Pin reconoció en rueda de prensa lo que los números advierten a todas luces. El Covirán ve muy pequeño el aro rival. El cuadro rojinegro ostenta actualmente un porcentaje de 38,7% en tiros de campo. En las estadísticas del equipo destaca un paupérrimo 44,7% en tiros de dos puntos, una cifra que se encuentra entre las más bajas de toda la categoría. Si algo sobra en esta plantilla son buenas muñecas, por lo que los jugadores están obligados a afinar su puntería.

Las bajas no ayudan

Pablo Pin necesita disponer de toda su plantilla lo antes posible. Sergio Olmos y Joan Pardina copan ahora el parte de bajas del equipo como en su momento lo hizo David Iriarte. El preparador granadino se mostró exigente con su plantilla en rueda de prensa, pero siempre acostumbra a utilizar una rotación larga en la que todos o casi todos participan.

Pita el árbitro

El club granadino se sintió perjudicado por la actuación arbitral en su encuentro ante el Mallorca. El entrenador no dudo en pedir respeto para sus jugadores y la institución que defienden, algo que ha trasladado también Óscar Arenas a la Federación Española de Baloncesto. Exigir un trato de igualdad es un derecho de la entidad rojinegra, pero un cúmulo de malas decisiones de los colegiados no debe sacar a los jugadores de los partidos.

A lo largo de la temporada es más que seguro que el equipo se volverá a sentir damnificado en alguna ocasión, pero habrá otras en las que será favorecido, pues en algunas ocasiones los colegiados se equivocan para uno y en otras para el rival. Siempre es mejor no perturbar a los árbitros.