Las felices intervenciones del guardameta Roberto en el primer tramo del partido pusieron la base para una goleada muy cómoda del cuadro rojiblanco, que sin embargo habría afrontado un envite mucho más comprometido si el gallego no hubiera aparecido de forma tan eficiente. Los catalanes no fueron capaces de mantener su producción ofensiva inicial en el resto del choque, pese a lo cual gozaron de más llegadas al área y más disparos que su oponente, especialmente en el primer tiempo. Sin embargo, el equipo de Fabri firmó una victoria con goleada al rescatar su superlativa efectividad, de lo que da fe el hecho de que convirtió en gol sus dos primeros disparos a meta del segundo acto y uno de ellos en el que era el primer toque del ayer suplente Geijo.

Hasta en nueve ocasiones tuvo que intervenir Roberto en el primer tiempo y al menos tres de las apariciones del arquero evitaron otros tantos goles del Nástic, que pudo haber encarrilado a su favor el partido de forma casi definitiva en el primer cuarto de hora. En el segundo tiempo el guardameta rojiblanco apenas tuvo trabajo y únicamente intervino tres veces. Es curioso que su homólogo catalán sólo interviniera una vez tras el descanso. En otras dos ocasiones no pudo hacer nada, pues tanto Geijo como Collantes no le dieron opción con los disparos del segundo y el tercer gol del Granada. Los rojiblancos sentenciaron a la contra y el último tramo del partido fue anodino, sin que apenas ocurriera nada sobre el campo.

El Nástic se desfondó en el trabajo de presión durante los 45 primeros minutos y paró a su oponente con faltas diez veces. Sin embargo el Granada únicamente fue sancionado con tres infracciones antes del descanso, lo que indica que una vez que superó el agobio del primer cuarto de hora fue el dueño de la posesión y el que ejerció el control sobre el juego. Cuando se tiene la pelota es casi imposible incurrir en faltas. El choque fue limpio y no hubo jugadas polémicas, por lo que Piñeiro Crespo no se vio obligado a mostrar más que una cartulina amarilla durante los 90 minutos del partido, algo muy poco habitual en la Liga Adelante.

Tampoco le fueron señalados fueras de juego al Granada durante todo el choque, algo muy distinto a lo que le ocurrió en el partido anterior frente al Tenerife, cuando se estrelló una y otra vez con el banderín del asistente.

No se derivaron consecuencias de los 18 saques de esquina que se generaron durante el partido, nueve para cada equipo. El Nástic gozó de seis en el segundo tiempo, periodo en el que no lograr inquietar a Roberto.