Nefasto partido el disputado por el Granada Club de Fútbol y derrota al canto. El Zaragoza se aprovechó de un siestón de órdago del equipo rojiblanco durante la primera parte para llevarse los tres puntos del estadio de Los Cármenes, el de la discordia entre los dirigentes de la entidad y el ayuntamiento de la ciudad.

Para los amantes de la estadística, Juan Antonio Albacete Anquela y sus jugadores se quedan sin su tercera victoria consecutiva, algo que no logra el Granada desde el 21 de enero de 1974, cuando ganó en el Santiago Bernabéu al Real Madrid (0-1) tras doblegar en las dos jornadas anteriores al Español (2-0) y a la Real Sociedad (2-1).

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La ausencia por sanción del francés Brahimi fue determinante ayer. La escuadra rojiblanca nunca tuvo rumbo a la hora de iniciar las transiciones ofensivas y, en gran medida, se limitó a contentarse con dar pelotazos estilo rugby por si tocaba la flauta. Los músicos, casi sin quererlo, fueron los visitantes, que bien dirigidos por Movilla tomaron el centro del campo para en 26 minutos situarse en el marcador con un 0-2 a su favor.

El Granada pareció falto de espíritu defensivamente. Sus futbolistas se comportaron apáticos y no dieron una a derechas. Apenas presionaron y los rivales se movieron a sus anchas porel terreno de juego, sobre todo durante la primera parte. De ahí los dos  tantos marcados por el Zaragoza.

Los de Anquela atrás se emplearon deslavazados y excesivamente separados, dejando agujeros del tamaño de los que surcan la ciudad, facilitando el trabajo a los visitantes.

El primer gol para los aragoneses llegó en el minuto 2 de juego. Cogió a todos tan fríos que ni tan siquiera 'los del bombo' reaccionaron para empujar a los suyos. El tanto se produjo como consecuencia de una falta botada por Víctor desde su banda izquierda. Su envío finalizó con un cabezazo de Hélder Postiga tras ganar la espalda a los dos centrales rojiblancos sobre la frontal del área pequeña. Toño poco pudo hacer (0-1).

Justo antes del tanto, todos en las gradas se felicitaban porque Movilla era castigado con una tarjeta amarilla.

El siguiente contratiempo para el Granada llegó en el minuto 9. Jaime Romero, por el que había apostado Anquela tras sólo ser titular en la segunda jornada y ser el descartado ante el Mallorca, se dolió en una pierna. Cinco minutos más tarde lo tuvo que sustituir Juama Ortiz.

Los rojiblancos jugaron al engaño con la afición al 'forzar' tres saques de esquina consecutivos... pero sin consecuencias.

El Zaragoza siguió campandoa sus anchas. Tanto que, en una recuperación de la posesión del balón en campo propio, Abraham lanzó un contragolpe -de nuevo desde la banda izquierda- para que Víctor, que le había ganado la posición a Siqueira, batiera a Toño. Era el 0-2 y el ánimo en las gradas cayó tan al suelo como cuando el viernes los dirigentes de la entidad rojiblanca anunciaron su órdago al Ayuntamiento de Granada, al que amenazaron con llevarse al equipo a jugar a otra ciudad si no rebajaban sus pretensiones en el convenio que les proponían para seguir usando el estadio de Los Cármenes.

Los jugadores del Granada estaban groguis y el público pegó una primera pitada tras un disparo de Apoño en el minuto 34, que no en el 31, que era el programado por la Federación de Peñas para protestar contra el Ayuntamiento. Después, las dos primeras ocasiones en las que Orellana tocó balón... para lanzar sendas faltas sin más.

La primera alegría de la parroquia rojiblanca se produjo en el 42'. Fue cuando Ighalo saltó del banquillo para calentar. Todo un logro. En el tiempo de prolongación de la primera parte, Montañés tuvo una ocasión para aumentar la renta goleadora para su equipo. Menos mal que no encontró la portería.

El primer disparo a puerta del Granada llegó tras el descanso, en el minuto 53 de partido: un tiro extralejano de Torje. Un minuto antes, Ighalo entró al terreno de juego para sustituir a Nyom. Anquela pareció dispuesto a buscar algo de mordiente adelante, donde las bandas apenas entrabanen acción, salvo cuando a Torje le daba el flash. El rumano quizá fue el único motivado, pese a que estuvo igual de plúmbeo que el resto de compañeros.

Curiosamente y ante la sorpresa de todos, Torje es relegadoal banquillo en favor de Brayan Angulo (61'). ¿Y Orellana, que no rascaba bola salvo para sacar faltas o córneres? Anquela pareció confiar todo a Ighalo, que en el 65' trató de repetir la acción del gol de Elche, pero perdió el control del esférico en el segundo dribling.

El segundo disparo entre los tres palos del Granada se produjo en el minuto 70 de juego. Falta ejecutada por Siqueira que atrapó Roberto. Y en el 72', Iriney fue expulsado con tarjeta roja directa. El supuesto invento táctico quedó descabezado. La descompensación de las líneas fue total y el Zaragoza entendió que era el momento de dar un paso atrás para 'agarrarse' a la victoria.

Quizá por verse perdidos, losjugadores del Granada optaron por 'tirarse al río' (con algún que otro sobresalto en defensa, sobre todo a raíz de faltas botadas por Víctor). Un saque de esquina efectuado por Orellana fue cabeceado por El Arabi, que en el salto superó a los centrales del Zaragoza. El marroquí marcó para el Granada (1-2, minuto 77). Llegó en el tercer tiro de los rojiblancos entre los tres palos. La grada se impregnó de ilusión, pero el patio no estaba para líos.

El entrenador del Zaragoza, Manolo Jiménez, movió el banquillo con la intención de perder el mayor tiempo posible y sus jugadores se emplearon 'a lo Iriney' para perder todo el tiempo del mundo. Jiménez, en uno de los tímidos arreones de los locales, temió lo peor: perder un partido en el que el rival no había hecho nada y su equipo, muy poco. Fue expulsado y el cronómetro avanzó hasta el final no sin antes llevar el ¡¡uy!! a la grada en un voleón-chut de Borja Gómez.