Qué forma de sufrir. El Granada CF pudo al fin ganar un partido, pero lo hizo padeciendo demasiado ante un rival desahuciado, pero que mantiene su orgullo y que a punto estuvo de amargarle la fiesta. Los rojiblancos no andan finos y pasaron de estar en condiciones de rematar el partido tras adelantarse por medio de Lucena, mediada la primera parte, hasta verse muy comprometido si Pedro llega a convertir en gol un lanzamiento de penalti en la segunda mitad. Pese a todo, el equipo de Óscar Cano supo interpretar mejor el encuentro tras quedarse sobre el terreno de juego con uno menos tras la expulsión de Suárez, el autor de la pena máxima. Su mano evitó que el balón entrara en el marco de Félix Campo. Fue una de las claves del partido. Si llega a haber gol en esa jugada, no se sabe lo que hubiera ocurrido después.

Casi dos meses han tenido que transcurrir para disfrutar de un triunfo y no perder de vista la esperanza de egancharse a la lucha por una plaza en las eliminatorias de ascenso. Pese a estar enfrente un conjunto debilitado por las circunstancias económicas, el Granada CF no se mostró lo superior que se presuponía. Le costó un mundo mantener el control del partido y dio vida a su rival con sus dudas. La racha negativa acumulada provoca que algunos futbolistas hayan perdido la confianza y que no muestren sus cualidades. Los errores atrás pesan como una losa en las últimas jornadas y ayer casi que vuelven a costar los puntos. Tampoco están las ideas claras a la hora de elaborar el juego y de esa manera se pasa mal para salir con éxito de un envite. Mucha mejoría tendrá que experimentar el equipo si quiere abonarse a la parte alta. Si no corrige esos errores lo va a tener complicado. Lo positivo es que pese a encontarse en un momento bajo, verse a tiro del cuarto puesto debe darle impulso para lograrlo.

Óscar Cano sorprendió al igual que la semana pasada con cambios en la línea defensiva. Zubizarreta pasó al banquillo y fue Salva el que acompañó a Suárez en el centro, mientras que Javi García regresó al lateral derecho. En esta ocasión el acompañante de Lucena en el centro del campo fue Ángel Morales. Como jugador más adelantado se situó Israel, que ejerció el papel del ausente Gorka Pintado. El joven delantero granadino aportó movilidad, visión de juego y fue junto a Lucena el más destacado del encuentro. Se ha ganado un sitio con su desparpajo y debe tener continuidad por lo mostrado.

El Algeciras no fue una presa rendida. Los problemas por los que pasa han creado un punto de unión entre jugadores y afición, y pese a que tiene muchas limitaciones, sus jugadores lo dan todo. Los rojiblancos se encontraron pronto con lo que buscaban. Llevaron desde el principio el peso del partido, pero sólo creaban peligro en acciones a balón parado. En una de ellas se desencadenó el tanto de Lucena. Una falta botada por Ocaña desde la derecha fue cabeceada en el segundo palo para inaugurar el marcador antes de alcanzar el ecuador de la primera parte. Cinco minutos después se originó una jugada muy parecida. Saque de esquina de Ocaña y Lucena conecta su cabeza para mandar el esférico al larguero. Pudo ser el golpe mortal para el equipo entrenado por José Luis Montes. Pero a partir de ese momento el cuadro algecireño se rehizo. Alvarito contó con una oportunidad, que tuvo que desviar Félix Campo, y al filo de la media hora Curro envió al poste un cabezazo después de una falta lanzada desde la izquierda por Alfaro. Sin embargo, los rojiblancos volvieron a gozar de oportunidades para ampliar su ventaja. Una gran jugada de Israel sirvió para atraerse a los defensas y ceder el balón a Zúñiga, pero el interior malagueño está con poca confianza y en ese momento dudó entre tirar o centrar. Al final no hizo ni una cosa ni la otra. Vicente no pudo conectar su envío. Poco antes de llegar al tiempo de descanso, Pino pudo conseguir el empate con un disparo seco y cruzado desde fuera del área. Ya en el descuento Vicente golpeó tal como le venía dentro del área y su disparo fue desviado por el cancerbero. A los locales se les noto algo desfondados en el tramo final del primer tiempo.

El entrenador del Algeciras, José Luis Montes, reflexionó en el descanso y optó por hacer un doble cambio. Aportó más envergadura a su equipo al sacar a Mario y May y dejar fuera a Alfaro y Alvarito. Su propósito era ganar centímetros para dominar el juego aéreo. Como en el primer tiempo, el Granada CF dispuso de opciones otra vez para matar el partido, pero Ocaña no anda fino en el remate y desperdició esa posibilidad. En dos minutos lo tuvo en sus botas. De ahí se pasó a la angustia. Salva se comió un balón por exceso de confianza y el disparo de Pino lo salvó Suárez debajo de la portería. Le costó la expulsión y además el colegiado pitó penalti. Menos mal que Pedro lo envió al poste. Cano decidió reforzar la defensa y dio entrada a Otiñano para pasar atrás a Lucena. Pese a estar con uno menos, los rojiblancos no pasaron por momentos de agobio, salvo un cabezazo de Manuel Ángel en el último minuto.