Una expulsión y un penalti poco antes de pitarse el tiempo de descanso, cambió el devenir de un partido que se le había puesto de cara al Granada CF hasta ese instante, ante el equipo con mejores números de la segunda vuelta. Esa pena máxima supuso el empate, quedarse con uno menos y luchar después contra corriente casi desde el principio de la segunda parte, cuando el rival se puso por delante al aprovechar una pérdida de balón en el centro del campo. El Jaén fue fiel al estilo que ha impuesto Terrazas esta temporada. Mucha seguridad atrás, presión en todas las líneas y aprovechar cualquier mínimo resquicio para marcar. Con esos argumentos, a punto estuvo de llevarse los tres puntos, si no llegar a ser por el tanto de Vicente en el descuento, que en realidad hizo justicia a los méritos acumulados por los locales en la segunda parte, y hasta vale decir que la victoria debió ser para los de Braojos por las ocasiones generadas en la parte final del encuentro.

Con el destino ya decidido esta temporada, al no existir ya opciones reales de alcanzar el cuarto puesto y tampoco riesgo de perder la categoría, los rojiblancos tenían por delante el reto de superar a un conjunto que se está mostrando intratable, sobre todo en la segunda vuelta. Está virtualmente clasificado para disputar las eliminatorias de ascenso y apura sus posibilidades de alcanzar el primer puesto, propiedad desde hace tiempo del Cádiz. El Jaén fue a lo suyo, le tiene tomada la medida al Granada CF y no cambió su estilo en ningún momento, ni cuando fue por detrás en el marcador ni cuando estuvo por delante. No está acostumbrado a ir en desventaja y eso fue lo que trató de aprovechar el equipo rojiblanco durante media hora de la primera parte. Sólo un gol había recibido hasta ayer en la segunda vuelta y eso es un dato que muestra su potencial defensivo, la gran clave de la mayoría de los puntos que ha obtenido.

Pedro Braojos apostó por el mismo once que presentó una semana antes ante el Poli Ejido. Altuna ejerció como referencia arriba, secundado por Jesús Sierra en la media punta. Carlos Ruiz ejerció de pivote y Ocaña fue el organizador. Mantuvo este equipo hasta el Real Jaén se puso por delante. En la segunda parte entraron Migue Montes y Cervera en busca de la remontada.

La primera aproximación con algo de peligro fue para los jienenses. Geni (9') remató de cabeza un envío desde la izquierda. Después vino la réplica por parte de Lucena (14'). Le dio con la testa dentro del área y un defensa sacó bajo palos. Fue un aviso de lo que iba a suceder sólo unos instantes después. Un saque de esquina de Vicente desde la izquierda fue a parar tras un rechace a los pies de Ocaña, quien enganchó un fuerte disparo al borde del área y Lucena, atento, tocó el balón lo justo para que se alojara en el marco defendido por el portero menos goleado de la categoría. Se había conseguido lo más complicado. El Jaén no está habituado a jugar con el marcador en contra y dio síntomas de no saber qué hacer en ataque. Pese a todo, Geni (23') pudo dar el susto en una acción tras una mala entrega de Ocaña. Félix Campo se vio obligado a salir para tapar el remate y recibió un golpe, pero sin consecuencias.

No se dieron muchas posibilidades de gol. Sierra y Ocaña se encargaron de galvanizar el juego desde el centro y por las bandas sólo apareció Vicente, mientras que Lafuente estuvo más apagado que de costumbre. Sierra (30') pudo marcar el segundo, pero su colocado lanzamiento desde lejos pasó por encima del larguero. El encuentro estaba controlado, al menos para no pasar miedo atrás, pero en una jugada a balón parado se desencadenó el empate. El árbitro señaló una mano dentro del área de Ocaña, pese a que los jugadores rojiblancos reclamaron con insistencia una falta previa sobre Carlos Ruiz. El colegiado no hizo caso a las protestas y además expulsó al jugador gaditano, quien en la acción anterior había recibido la primera tarjeta amarilla. Geni tiró el penalti y con igualada se llegó al descanso. Con una sonora pitada fue despedido el árbitro cuando se dirigió hacia los vestuarios.

Condicionado por la expulsión de Ocaña, afrontó el Granada CF la segunda parte. No cambió el esquema, Sierra retrasó su posición y pasó a ejercer como único organizador, dejando en solitario a Altuna en la punta del ataque. Casi no pasó nada, hasta que llegó otro zarpazo del Jaén. Lucena se durmió un poco ante Geni y perdió un balón en el centro del campo. Se escapó en velocidad, obligó a Félix Campo a salirle, perdió el equilibrio, pero desde el suelo tocó lo suficiente el esférico para que le quedara a los pies de Arriaga, que sólo tuvo que empujarla a un metro de la línea de gol. Una losa complicada de levantar, y más ante un equipo experto en dormir los partidos cuando va por delante. Terrazas hizo pronto los tres cambios y Braojos tardó algo más para dar cabida a Migue Montes y Cervera. Fue el Granada CF el que más empujó, con más insistencia aún tras la expulsión de Fabios. Cervera generó un carácter más ofensivo al equipo y hubo más remate a puerta. Altuna (83') remató de cabeza en plancha y después Vicente (90') se encontró con el larguero. Con poco que perder ya, Lucena se puso de delantero y en el descuento, un córner desde la derecha botado por Cervera, fue rematado de cabeza por Vicente. Al menos, se rescató un punto.