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Uno ataca, el otro se defiende

  • El Granada CF prueba con los lanzamientos lejanos en la primera parte y pisa mucho más el área tras el descanso · Los rojiblancos cometen más faltas que su rival y apenas hay saques de esquina

Los números del encuentro reflejan la diferencia que hubo sobre el terreno de juego, si bien ese desequilibrio apareció desde el momento en el que los rojiblancos se encontraron con superioridad numérica. Hasta ese momento hubo pocas diferencias, si bien ya el Granada CF había disparado más a portería, pese a que el Melilla tuvo algo más de posesión. Ese intercambio de golpes se acabó tras ser expulsado Rubén López por doble tarjeta amarilla.

Probó muchos disparos desde lejos el conjunto preparado por Fabri. Fue Kitoko el que más efectuó en la primera parte, aunque ninguno trajo un efecto positivo. Los rojiblancos doblaron a su rival en los lanzamientos durante la primera parte y la diferencia fue abismal tras el descanso en esa faceta. La mayoría de los disparos en el primer acto fueron de larga distancia, por lo que se pisó poco el área. Otra historia fue después. Con dos más sobre el terreno de juego hubo muchos espacios y las entradas por las bandas fueron constantes. Se pisó mucho el área y los disparos hacia portería fueron continuos. El Granada CF concluyó el partido con dieciocho lanzamientos, la mitad entre los tres palos.

Dorronsoro, el portero del Melilla, recibió dos goles en la primera mitad, pero la mayor parte del trabajo le llegó tras el descanso. Acabó con seis intervenciones, muy distinto a José Juan, que sólo tuvo que permanecer atento para jugar en ocasiones con el pie tras las dejadas hacia atrás de sus compañeros en defensa. El equipo que comanda Andrés García Tébar desapareció en ataque en la segunda mitad. Disparó cuatro veces en la primera y sólo una tras el descanso. La única vez que se aproximó marcó el tanto del honor por medio de Manolo Pérez. Su efectividad fue máxima en el segundo acto. Sólo efectuó tres disparos entre los tres palos en todo el encuentro.

Llama la atención los pocos saques de esquina que hubo por ambas partes. El Granada CF sólo lanzó dos, uno en cada parte, por lo que hubo menos opciones para sorprender en acciones a balón parado, uno de los aspectos sobre los que le gusta trabajar a Fabri. El Melilla sólo dispuso de un córner a favor y fue en la primera parte.

En cuanto a las faltas cometidas, de nuevo el Granada CF realizó más que su rival, al igual que ocurrió en el choque frente al Betis B. Los rojiblancos realizaron trece, diez de ellas en la primera parte. Su intención fue recuperar el balón cuanto antes y al disponer el conjunto melillense del esférico cometió algunas infracciones. Su rival cometió menos faltas, pero fueron más determinantes, ya que le costaron tarjetas amarillas y hasta dos expulsiones. El equipo rojiblanco sólo recibió una amarilla en todo el partido, por siete de su oponente.

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