El coronavirus va a provocar un impasse en el mundo del deporte. La incertidumbre que se cierne sobre los clubes al desconocer cuando se podrán retomar las competiciones, si se hará con público o no y qué recursos van a disponer, hace que casi todo esté paralizado. El Covirán Granada, una vez concluida su irregular temporada, afronta durante estos días un periodo de análisis y reflexión pero con la duda de qué ocurrirá en los próximos meses.
De hecho ya hay equipos de la LEB Oro, tal y como reconoció el presidente del club, Óscar Fernández-Arenas, que comienzan a plantear volver a la competición incluso en 2021. Sin público en las gradas, no tiene mucho sentido arrancar una fase regular en la que no existen derechos televisivos que obliguen a jugar como sí sucede en otros deportes. Además, lo normal ante la crisis económica que se avecina es que los patrocinadores, que son la base de los recursos de las distintas entidades, se resientan. Sin aficionados que vean los distintos anuncios en los pabellones, no tiene mucho sentido apoyar teniendo en cuenta que no su inversión no obtendrá retorno en la mayoría de los casos.
Diferencia
Junto a ello, la partida por abonados también se verá mermada ante tantas dudas. Lanzar una campaña sin conocer las fechas en las que se podrán presenciar partidos en los asientos adquiridos no parece lo más lógico. Todo ello, va a condicionar la planificación deportiva de los equipos y, más concretamente, del Covirán. A día de hoy, está todo muy parado como no puede ser de otra manera. Pero, a diferencia de otros años, en la entidad rojinegra se va tener que trabajar con más intensidad en los próximos meses pues son cuatro los jugadores que tienen contrato de cara a la próxima campaña.
De ellos, uno ni siquiera estuvo en el plantel de Pablo Pin este curso al estar cedido en un conjunto de la LEB Plata. Se trata del escolta granadino Germán Martínez, a préstamo esta campaña en el Villarrobledo, donde ha promediado casi ocho puntos de media en los más de 26 minutos en los que ha estado en pista por partido. Su vinculación con el cuadro nazarí concluye en 2021 y todo indica que podría ser uno de los integrantes de la plantilla pues es evidente que el presupuesto para pagar a los jugadores se reducirá y en ese escenario Germán encaja perfectamente. Tras dos años cedido, pues en la temporada 2018-2019 jugó en Plasencia, su regreso ‘granadinizaría’ el Covirán.
Los otros tres componentes del actual plantel con contrato son Joan Pardina, David Iriarte y Alejandro Bortolussi. Jugadores todos ellos que han contado con la confianza de Pablo Pin aunque en el caso de Iriarte no siempre ha sido así. No obstante, su actitud siempre ha sido destacada por el técnico granadino. Serían, en principio, cuatro las piezas con las que contaría el cuerpo técnico de cara al nuevo curso. Pero todo hace indicar que habrá más bajas de las acostumbradas en los últimos años, en las que el objetivo siempre fue mantener el bloque tanto deportivo como humano reforzándolo con pequeños retoques.
Roces e irregularidad
Los roces que ha tenido Pin este año con varios jugadores, la veteranía de algunos que están más cerca de la retirada del mundo del baloncesto que de continuar en él, como le ha ocurrido a Sergio Olmos, y la reducción de los recursos económicos, hará que haya plantilla renovada. La irregularidad de hombres como Josep Pérez o Earl Watson no ayuda a que puedan continuar, al igual que Mykal Riley, que tan sólo llegó a jugar cuatro partidos con unos números muy pobres.
Además, los jugadores deberán reducir sus pretensiones y el que no lo haga, se quedará fuera de una categoría que incrementará el número de equipos, lo que hará que haya más jornadas y, por tanto, más exigencia sobre todo si la LEB Oro se disputa en un formato de partidos más concentrados. Es el momento, por tanto, de tomar decisiones, reflexionar y hacer números, muchos números, porque el coronavirus ha cambiado por completo el panorama del deporte y eso le afecta también al conjunto rojinegro.
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