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Otra lección de orgullo

  • A punto Chico evita a poco del final que el Granada CF logre su tercera victoria consecutiva Mucho barro El pésimo estado del campo propicia un fútbol directo y escasas oportunidades para marcar

Tal vez el Granada CF no tendría que haber jugado ayer en Linarejos por el lamentable estado del campo a consecuencia de la lluvia caída, pero después de lo visto el esfuerzo mereció la pena. Y no es porque se viera fútbol sobre el terreno de juego, que de eso no hubo casi nada porque era imposible sobre un campo en ese estado. Lo que sí se pudo observar es a un equipo muy serio, perfectamente adaptado a las condiciones que requería un terreno anegado por el agua y llevando a cabo un tremendo esfuerzo por llevarse los tres puntos.

Faltó muy poco para conquistar la tercera victoria consecutiva, algo que no ha podido conseguir esta temporada. Chico, con un zapatazo tras un rechace provocado por un lanzamiento de saque de esquina, evitó que el conjunto rojiblanco se llevara una victoria que ya saboreaba a poco del final. Altuna había adelantado a su equipo después de anticiparse a toda la defensa en el primer palo tras un córner botado por Vicente desde la parte derecha. Los dos goles se originaron a partir de jugadas a balón parado y en rechaces, la única forma de hacer daño en ataque, tal y como se encontraba el campo.

Volvió a haber reinvindicación antes de que se iniciara el partido por la falta de cobro. Los futbolistas del Granada CF saltaron al terreno de juego con las camisetas blancas que ya utilizaron la jornada anterior frente al Melilla en Los Cármenes. En ellas se podía leer el mensaje: Paco Sanz necesitamos cobrar ya. Después los jugadores se arrodillaron de nuevo tras el pitido inicial, una vez pactado con el árbitro y el rival, mientras los futbolistas del Linares y los aficionados locales aplaudían ese gesto de desesperación sobre el césped por los cuatro meses y medio que se adeuda a la plantilla. El presidente en funciones no se daría por aludido en ese momento porque no asistió al encuentro, aunque sí lo hicieron el gerente y los directivos Antonio Sánchez y José María Medina Jorges.

Hubo dudas por la celebración del partido. El colegiado lo dejó en manos de ambos equipos. El Granada CF era partidario de no hacerlo, según explicó su entrenador en la comparecencia ante la prensa posterior al encuentro, aunque el Linares sí hizo todo lo posible porque se jugara, pese a las malas condiciones del terreno de juego. Al final los dos se pusieron de acuerdo y el choque se celebró. Pero lo que ocurrió es que apenas se vio algo parecido a lo que es el fútbol. Las dos áreas estaban muy embarradas y la banda más próxima a la tribuna principal era puro barro. Unas zonas en las que el balón no rodaba, se frenaba por completo y hacía imposible jugar.

Se hizo indispensable optar por un juego más directo, renunciando al toque por las complicaciones que podía traer si el esférico se quedaba parado en cualquier zona del campo. Había que evitar que el balón se quedara muerto en sitios cercanos al área y lo más apropiado era despejarlo, una tarea que supo hacerla muy bien el Granada CF. El pésimo estado del terreno de juego propició que Braojos decidiera dejar sentado a Lafuente, uno de los futbolistas con más calidad de la plantilla, y optara por dar entrada en el once a Fonseca. Su idea era ganar en corpulencia y en el juego aéreo. Estaba claro que iba a primar el físico por encima de todo y así fue.

Apenas pasó algo de relevancia durante la primera parte. No hubo manera de llegar en condiciones óptimas a las respectivas áreas. Los rojiblancos no pasaron por ningún agobio. El Linares orientó la mayoría de sus acciones por la derecha a través de Pedro Díaz, pero sus centros no fueron precisos y no ocasionaron peligro alguno. Dani Bouzas se mostró muy activo en la primera mitad, aunque no tuvo consecuencias negativas para el conjunto entrenado por Braojos. La lucha en el centro del campo fue titánica y eso mantuvo la igualdad. Hay que contabilizar un remate de cabeza de Altuna tras un centro de Carlos Ruiz.

El Granada CF saltó con el mismo equipo en la segunda parte, pero muy pronto hubo que hacer un cambio. Javi García se lesionó y el técnico rojiblanco decidió que su sitio lo ocupara Ángel Morales, pese a que ésa no es su posición natural. El jugador catalán supo amoldarse a lo que requería la ocasión y cumplió bien su labor. En el meridiano de la segunda mitad llegó el tanto de Jon Altuna a través de un remate de cabeza a centro de Vicente. Parecía que se podía ganar. El propio Altuna (78') tuvo la sentencia después de un pase de la muerte de Óscar Martínez. Sin embargo, en el último suspiro, Chico aprovechó un rechace en el área para establecer la igualada final.

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