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No hay lugar para sorpresas

  • La superioridad catalana en el juego también se plasma en la estadística Los azulgranas casi triplican los acercamientos al área de los rojiblancos

El Granada CF tendrá que esperar, como mínimo, una temporada más para lograr puntuar por primera vez en feudo del FC Barcelona. Eso siempre que consiga sobrevivir en la ardua pelea por la salvación. El planteamiento exageradamente valiente del técnico rojiblanco Sandoval fue un llamamiento a que la caballería catalana, que ha sumado a sus tradicionales violines las sacudidas de hombres más preocupados en la verticalidad que en el barroquismo, tuviese una tarde más que plácida. El espíritu suicida del rayista Paco Jémez se apoderó del míster granadinista, que animó a los suyos a atacar sin control con el fracaso como resultado.

Los desmesurados huecos de la medular y la zaga visitantes facilitaron la labor de Messi y compañía, así como la profundidad de sus escoltas. Ha habido ejemplos de cuadros que, sin miedo, con presión alta e intensidad, han logrado dificultar las asociaciones barcelonesas y salir airosos. Eso fue lo que intentó ayer el conjunto de Los Cármenes; sin éxito, no obstante. Luis Enrique y sus hombres casi triplicaron en acercamientos al área rival a su contrincante -34 por 13-, y les doblaron en disparos -17 a 8-. Algo que era de esperar. Las extremadamente separadas líneas granadinas provocaron, sin embargo, que conseguir esas cifras fuera para los del Camp Nou más simple que en otras ocasiones.

El primer chut del duelo, pese a todo, tuvo acento andaluz. Andaluz y valenciano. Fue Rochina, un ex de la aclamada hasta la saciedad Masía, el que probó suerte primero con un tiro lejano en el 1'. Poco tardó en responder la escuadra local, eso sí, merced a un intento de Rakitic ni sesenta segundos después. Sólo cuando los culés se relajaron, ya en la segunda mitad, fue cuando el Granada CF se pudo mostrar con algo más de mordiente. Mas los números hablan. Antes del asueto, los de franjas horizontales -ayer, de blanco- ni siquiera habían dirigido un disparo entre los tres palos de Bravo. El arquero chileno ni paró durante ese período. Fue a partir del 45' cuando sus rivales maquillaron su estadística ofensiva -terminaron el choque con cuatro percusiones entre las maderas de la Ciudad Condal-.

Los datos finales de intervenciones de ambos guardametas son, con todo, engañosos. Tanto Andrés Fernández como Claudio Bravo concluyeron la cita con un total de ocho intervenciones. El rojiblanco practicó cinco paradas, y cuatro de ellas antes de la retirada momentánea a vestuarios. El antiguo meta de la Erreala, empero, detuvo cuatro pelotas dirigidas hacia sus redes -todas después del descanso-.

El conclusivo 4-0 no extraña, es más, si se tienen en mente el resto de guarismos del partido. Los granadinistas cayeron en todas las facetas, excepto en la de faltas cometidas, amonestaciones y fueras de juego. En saques de esquina, un global de 6-1. El FC Barcelona, además de tantear más las cualidades de la retaguardia visitante, tuvo mayor porcentaje de acierto en la dirección de sus chuts. Más del 58 por ciento de ellos -10 de sus 17 totales- fueron a puerta. Y es que el Granada CF engrosó ayer las filas de aquellos cementerios repletos de valientes.

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