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Valiente suicidio (4-0)

  • Un Granada kamikaze, debido al planteamiento descarado de Sandoval, sale goleado del Camp Nou ante un Barcelona al que ni siquiera le hace falta apretar para ganar con mucha comodidad.

Queda muy bonito de cara a la galería eso de ir a jugarle de tú a tú a un grande. Utilizar tus armas, aunque sean balas de fogueo comparadas con las del rival, es muy lícito, pero también tiene sus contraindicaciones. Sandoval fue valiente en el Camp Nou. Tan valiente como temerario para al final terminar siendo goleado por el Barcelona, como suele ocurrir casi siempre que un equipo de la zona baja acude al coliseo blaugrana. Para sorprender a un equipo así no hace falta ser un as en ataque, sino en la organización, y como eso es precisamente de lo que más carece el Granada, dio igual meter a cinco defensas, dos medios defensivos y jugar con la defensa alejadísima del área. El Barça goleó, con Messi engordando sus cifras con tres chicharros, y dando la sensación de que, si hubiera querido, el partido hubiera acabado igual que el del Bernabéu de la temporada pasada.

El planteamiento del técnico madrileño ante los culés fue el que estrenó hoy justo hace una semana contra el Sevilla: 1-5-3-2, con Edgar y Biraghi como laterales largos, con la innovación de Uche Agbo como central, y con la nueva labor de Rochina lanzando balones largos para Peñaranda y Success, a los que Sandoval puso un examen de quinto de carrera cuando aún están en bachillerato. Vermaelen y Piqué se los merendaron.

Una vez anulada la posible producción ofensiva rojiblanca, el resto del trabajo que tuvo que hacer el Barcelona era tocar y madurar hasta que el gol cayera. Encima, esta vez no tuvo delante a un equipo que les mordiera como el Espanyol. El Granada fijó su línea defensiva en tres cuartos de su campo dejando muchos espacios a sus espaldas, además de los que generaban las subidas por los laterales de Biraghi y Edgar. Eso, con un equipo con Vidal y Alba por los flancos y con la movilidad de su big three en ataque era una invitación a hacer puré a los de Sandoval.

El Barcelona le cogió pronto el truco al conjunto granadinista y no sólo empezó a trenzar jugadas por dentro, sino que aprovechó para mandar balones en largo o picados por detrás de los centrales. El primero se olió en los minutos 4 y 6. En uno fue Messi el que vio cómo Jordi Alba penetraba en el área como cuchillo en mantequilla para que Andrés Fernández despejara a córner. En el siguiente fue otra vez el argentino el que metió un pase a Luis Suárez que el murciano evitó que fuera gol. Sólo dos minutos pasaron de los avisos culés para que llegara el primero de la tarde. Tras varias combinaciones, Messi condujo la pelota en diagonal, abrió a Arda, quien metió un pase fenomenal para que el astro argentino finalizase la acción (8').

En todas esas acciones del Barça hubo siempre un jugador de la línea de cinco defensas granadina que rompía el fuera de juego. En la del gol fue Biraghi, aunque durante todo el partido el que más falló fue Uche. Claro. No era su sitio. A Dória, que estuvo bien al corte, y a Lombán siempre se le escapaba alguien de rayas horizontales.

El 2-0 comenzó con una falta no pitada sobre Peñaranda. Messi acabó una obra en la que Neymar se incorporó por la izquierda y centró para que Luis Suárez la pusiera de primeras ante un liberado '10' culé, que sólo tuvo que cruzarla.

La primera parte pudo acabar 2-1 pero Rochina mandó fuera un buen disparo desde la frontal. La segunda comenzó también con un Granada presente en el campo barcelonista. Los de Sandoval se tiraron casi un cuarto de hora en él aunque la mejor opción de gol fue un tiro de falta de Lombán duro pero al sitio donde estaba Bravo.

El Barcelona no sufrió. Sabía que los goles irían cayendo y no le pesó que Messi y Neymar no hubieran marcado el tercero antes del intervalo. Más que nada porque, a la primera que tuvieron, sentenciaron. De nuevo fue Messi quien, ante la pasividad de Mainz y Dória, recogió un rechace del poste a tiro de Neymar pero en el que fue clave Arda, dejando pasar para el brasileño un servicio de Sergi Roberto. El cuarto, del brasileño pero con influencia directa del argentino en fuera de juego, cayó por maduro. Al Barça no le hizo falta sudar más ante u n Granada que quería agradar pero que atrás cava su tumba en cada partido. Los de Luis Enrique no quisieron hacer más pupa. Desde el tercero al final del partido sólo tuvieron dos ocasiones claras. El Granada, dos para acabar con vergüenza torera: una de Rochina que despejó Bravo y una falta de Javi Márquez que encontró la misma respuesta del chileno.

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