Los mismos disparos de ambos equipos (13), pero distinto resultado. Este podría ser un análisis certero, como decir que hubo una parte para cada equipo: el Granada CF remató diez veces en la primera mitad, dos entre los tres palos y una al poste; mientras que el segundo tiempo tuvo dominio colchonero, con ocho tiros, seis de ellos a portería. Y uno fue gol. Esa fue la gran diferencia.

Pero justificar el encuentro de ayer en los tópicos de que "el fútbol es injusto" o "el Granada mereció más" sería realizar una crónica deficiente, ya que si el Atlético se llevo los tres puntos a la ribera del Manzanares fue porque minimizó el potencial ofensivo del Granada y supo manejar algunas fases del choque. Por ejemplo, que Courtois sólo tuviera que intervenir tres veces o los nueve saques de esquina son muestras de que los rojiblancos (horizontales) saben a lo que juegan. Si el belga tuvo poco trabajo, Toño volvió a tener que sacar más de una mano salvadora. En nueve ocasiones intervino el portero alicantino.

El apartado más destacado del partido fue el de las amonestaciones. El conjunto del Cholo Simeone llegaba a Los Cármenes como el equipo de la Liga más deportivo, pero ayer dejó de ser inmaculado. Si algo se alaba de este Atlético es su juego belicoso. La capacidad de los colchoneros de saber dar el empujón y meter la pierna sin que los pillen. El árbitro castellano-leonés González González sí los cazó porque les enseñó cinco amarillas, dos de ellas a Mario Suárez, que suponen la primera expulsión del Atlético en la presente temporada. Por su parte, el Granada que incluso hizo más faltas, 14 por 11 del rival, sólo vio dos cartulinas amarillas.

El resto de estadísticas demuestran que, a pesar de esa solidez de los madrileños que decantó la balanza, el partido fue bastante igualado. Las llegadas al área estuvieron parejas, 15 de los de Anquela y 20 de los del 'Cholo', así como los fueras de juego, dos del Granada y tan sólo uno atlético. En fin, que otro día más, lo único que falló fue la puntería.