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Para 'numerito' el de los porteros y el colegiado

  • El dominio malacitano se ve ayudado por los errores, de Roberto en el primer gol y del árbitro en el segundo

El dominio fue malacitano, pero sin exagerar. De los números se deduce que ayer, paradójicamente, el Granada fue un boquerón en vinagre en manos de un Málaga que buscó la victoria con más ahínco, mientras que los rojiblancos se encomendaron a la eficacia arriba y a apretar atrás. El apartado que decantó el encuentro fue el de los errores. Esos pequeños detalles de los que tanto hablan los entrenadores en las ruedas de prensa y que suelen tener una connotación negativa. Empate a cantes en el primer gol de cada equipo, por rumba camerunesa Kameni y por muñeiras Roberto, ayudados por sus 'palmeros' en la zaga que tampoco anduvieron finos en dichas jugadas. Pero el que se marcó el verdadero detallazo fue Carlos Velasco Carballo, cuyas decisiones fueron mucho más decisivas que cualquier estadística.

Fue un partido bronco por momentos, con ambos equipos en busca de la falta táctica y de cortar el ritmo de su oponente. El resultado son las 28 faltas que pitó Velasco Carballo, 12 al Granada y 16 al Málaga. Y mientras tanto el internacional Velasco Carballo con un resorte en el brazo amonestando a la mínima, hasta cuatro amarillas para los rojiblancos, la mitad injustas, y una para los blanquiazules, además de la roja a Angeleri. Y cuando tenía que mostrar la segunda cartulina a Iturra por el penalti, el árbitro madrileño se hizo el sueco. El chotis fue de aúpa. No era penalti, pero sí expulsión.

Aunque descargar el análisis sobre Carballo sería injusto. La cosa empezó muy bien para el Granada con dos tiros antes del minuto uno, pero el equipo rojiblanco estuvo romo en ataque, acabando con tan sólo seis disparos más en todo el encuentro (8). Eso sí, uno de ellos se estrelló en el poste y cinco fueron entre los tres palos. Sin embargo, al que salió vencedor, le costó disparar a portería casi 50 minutos, ya que de sus 14 disparos tan sólo tres se dirigieron al arco granadinista. Para otra que se apunte Caparrós eso de que lo que bien empieza, Velasco Carballo lo acaba.

Roberto acabó con nueve intervenciones y Kameni con cinco, aunque ninguno de los dos guardametas estuvo exigido. La mayoría de las acciones del arquero de Chantada fueron salidas para recoger balones aéreos, a las que hay que sumar dos entradas en la portería para recoger la pelota. Por su parte, Kameni la única vez que se tuvo que emplear a fondo fue en el zapatazo de Nyom, que finalmente rebotó en el palo.

El resto de las estadísticas dicen poco del choque, más allá de que no pasará a los anales de la historia de los derbis entre Granada y Málaga. Tres saques de esquina para cada equipo y dos fueras de juego malacitano por cuatro rojiblancos.

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