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Una puesta de largo primorosa

  • Abel apuesta por la presión desde más arriba, junta las líneas y los rojiblancos se destapan con un gran juego de ataque · Martins se erige en el canalizador de la ofensiva para marcar diferencias

La puesta de largo de Abel Resino como técnico causó un efecto impresionante. La primera parte que firmó el Granada CF fue de chapeau, casi perfecta se podría definir. Una imagen y una sensación de superioridad sobre el rival, desconocida hasta la fecha, cuando ya ha transcurrido más de media competición. La arenga era salir muy metidos en el partido, juntar líneas al máximo posible, tanto a la hora de defender como de lanzarse al ataque. Con el balón en los pies iba a ser necesario mostrar más descaro y de vez cuando algún que otro riesgo para buscar el desequilibrio. Y lo que se había planteado sobre la pizarra del técnico toledano, salió fabuloso. Cada uno se ajustó a su rol, nadie bajó el pistón y las sensaciones fueron extraordinarias, más allá de que estuvieran acompañados con el acierto de cara a meta.

Un acordeón

El equipo rojiblanco interpretó una armonía con ritmo. Fue un acordeón en toda su expresión. Las consignas de Abel se interpretaron sin pausa. Una gran presión cada vez que los defensas y los centrocampistas de creación béticos trataban de sacar el balón jugado desde atrás. Ighalo se fajó, al igual que Franco Jara y Dani Benítez, con el propósito de robar más arriba, y qué decir de Martins, Mikel Rico y Yebda. Sentido de anticipación para cortar las líneas de pase. En ésas el Betis se fue diluyendo y el Granada CF creció a pasos agigantados. Ganó confianza en sus virtudes, robó, mantuvo el control del partido y construyó con mucha calidad sus ataques. Ningún jugador fue presa de la distracción y con esa apuesta el partido salió a pedir de boca. Una gran superioridad ante un rival perdido en el terreno de juego.

Lección de juego

Magistral fue la lección de juego de Carlos Martins en la primera mitad. El internacional luso evidenció su tremenda clase para desbordar. Se le vio muy vertical para romper por completo el entramado defensivo ideado por Mel. Fue el mariscal en la zona determinante, corrió para robar, se lanzó con descaro y sabiduría para abrir espacios. La acción del primer gol bien vale para pagar una entrada. Se fue con convicción y sirvió para que Ighalo definiera con marchamo de delantero de clase. Y no se quedó en eso el gran futbolista portugués. Siguió durante muchos minutos dando pases de maestría, evidenciando una visión de juego que no había mostrado hasta ahora y eso influyó decisivamente en el engranaje de ataque del equipo. El segundo vino de una jugada que partió y finalizó en sus botas. Controló y la levantó por encima, al ver cómo se incorporaba Franco Jara y remató la asistencia del argentino. Éste sí es el Carlos Martins capaz de marcar diferencias en Primera.

Magnífico nivel

La primera mitad que ofrecieron los rojiblancos permanecerá en la retina durante tiempo. No se había ofrecido tal nivel de fútbol en la competición liguera durante la etapa de Fabri. El esfuerzo fue descomunal para tratar de ser protagonista con el balón y con juego de alto voltaje. Nadie se escondió, lo que dio origen a robar pronto el esférico, fruto de la presión y de las ganas para hacerse con el control de unos puntos más que necesarios. La propuesta de ataque sirvió para defender mejor. Tremendas fueron las subidas de Nyom por la derecha.

Se retroceden metros

Se suponía que iba a ser muy difícil mantener la estampa de la primorosa primera parte. El Granada CF siguió con el mismo esquema, aunque de forma inconsciente retrocedió metros por el lógico empuje de un equipo que jugaba en casa. La presión ya no resultó tan intensa y se cedió en la posesión. Era cuestión de mantener el tipo y aguantar el máximo tiempo posible sin que el Betis redujera la diferencia.

Con cuatro medios centros

Salió Jaime Romero para dar relevo a Franco Jara, que se había desfondado. Lo hizo después Abel Gómez y se fue Martins. Y para tratar de recuperar un poco más la posesión jugó los últimos minutos Fran Rico. Se renunció a la banda izquierda al irse Dani Benítez, aunque a cambio se reforzó la medular, con presencia de cuatro medios centros para controlar.

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