Rugby

Ellas también saben pintar

  • El Kolmer Granada 2004 se mantiene contra viento y marea como el único equipo femenino dela provincia pese a las dificultades económicas y, sobre todo, al desconocimiento de este deporte

"Si le preguntas a cualquier jugador o jugadora de rugby, te dirá que este deporte es una pasión, que te absorbe y no te deja escapar". Muy fuertes deben de ser los nudos con los que el rugby amarra a sus jugadoras, deportistas que se enfrentan a las mismas dificultades que cualquier deporte minoritario... sólo que elevadas al cuadrado.

Paqui Moreno, jugadora del Kolmer Granada 2004 y de las selecciones andaluza y española, tiene muy claros los motivos por los que sigue remando para que el rugby femenino no pierda fuelle en la provincia, pero también diagnostica los muchos males que aquejan a estas deportistas y que se han llevado a más de un equipo a la tumba. "En Andalucía se ha pasado de una liga de cuatro clubes de 'rugby a quinc'e a tres de 'rugby a doce' (jugadoras) y esto es debido al descenso de número de fichas en casi todas las provincias", explica Moreno.

¿Las causas? "Los problemas más serios vienen por el casi general desconocimiento de este deporte -reseña-, los padres no son muy dados a que sus hijos lo practiquen ya que implica contacto, y si ya es complicada la captación de niños, la de niñas menores de 18 años es tarea casi imposible", analiza.

A la falta de 'vocaciones' se une "la carencia de campos preparados para jugar al rugby, la dificultad de encontrar un entrenador y el elevado gasto para una competición floja", enumera Moreno.

Más específicamente, en el caso del rugby femenino se dan algunas circunstancias que no contribuyen, precisamente, a impulsar este deporte. "Las jugadoras aparecen a una edad en la que se llevan perdidos doce años con respecto a otro tipo de deportes, y por eso su evolución es más lenta. El rugby es un deporte muy técnico, y si se empieza tarde es más complicado de asimilar". Además, "si en Granada sale alguna chica, tiene que jugar en una liga que hasta cadete (16 años) es mixta".

Esto tiene, sin embargo, su punto positivo, según Moreno, ya que "si no fuera así, no habría competición femenina en categorías inferiores, aunque no todas las chicas se ven capaces de jugar contra chicos de 16 años por las diferencias físicas". Además, después de los 16 años, las jugadoras se ven obligadas a dejar el rugby hasta los 18 porque no existen competiciones para ese intervalo de edad.

Las que continúan 'nadando' contracorriente se enfrentan, por otro lado, a la incomprensión de clubes, federaciones y público en general, que no ve 'apropiado' que una mujer juegue al rugby. "Piensan que no es femenino".

Pese a todo, hasta una veintena de jugadoras mantienen viva la práctica de este deporte en la provincia. Su andadura hasta la fecha ha sido de todo menos fácil. "Empezamos en el Club Deportivo Universidad, luego nos fuimos a Motril y en 2005 nació el equipo del Kolmer", explica Moreno, que subraya las dificultades económicas que atraviesa el equipo. "La última vez que ganamos la Liga Andaluza no pudimos disputar la Copa de la Reina porque no teníamos dinero, y esta temporada la cosa va por el mismo camino", asevera la jugadora. "Dicen que uno no deja el rugby, que el rugby le deja a uno. Por algo debe ser".

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