El equipo que hoy visita el Palacio de Deportes no es un equipo cualquiera. El rival al que hoy mide el Club Baloncesto Granada su estado deportivo y anímica es, ni más ni menos, que el Tau Cerámica, el sólido líder de la actual temporada, que hasta ahora domina casi de una forma insultante. Los vitorianos sólo han perdido uno de los 19 partidos que han jugado hasta ahora y están instalados en lo más alto de la tabla clasificatoria, con dos triunfos más que su perseguidor más inmediato, que es el Barcelona, si bien el conjunto catalán tiene un partido más, el que ganó ayer al Gran Canaria.

Si ya de por sí la escuadra baskonista emana motivación por todos sus poros -de ello se encarga constantemente Dusko Ivanovic, su entrenador-, además hoy tiene el aliciente de que va a intentar igualar su mejor racha de triunfos consecutivos, que está en los quince que encadenó en la campaña 2004/05. ¡Lo que faltaba! Al menos, una noticia buena para Trifón Poch y los suyos: Tiago Splitter hoy no pisará el parqué de la instalación del Zaidín. Y, según cuentan desde Vitoria, Igor Rakocevic, su principal artillero (más de 20 puntos por partido), arrastra algunas molestias desde el encuentro de Euroliga disputado el pasado miércoles contra el Prokom polaco. No obstante, todo apunta a que no caerá la breva en forma de su ausencia.

Pero también hay problemas en las filas del CB Granada, pues hasta última hora se mantendrá la duda en torno a la participación de Jimmie Hunter. El estadounidense, que pasó mal la noche del viernes al sábado y que tiene unas molestias en la espalda, tuvo que abandonar el entrenamiento de ayer debido a unos vómitos. Ésta es una mala noticia para Poch, pues el alero es el principal anotador de su equipo y su acierto se antoja como imprescindible para intentar la hombrada de hacer bajar a la tierra al Tau. Si finalmente Hunter puede jugar, evidentemente no lo hará en plenitud de condiciones físicas.

El encuentro ante el equipo más fuerte de la competición no llega en un buen momento, pues el CB Granada se mide al líder después de haber protagonizado un pobre encuentro ante el colista Cajasol, al que fue incapaz de derrotar hace una semana en un encuentro en el que apenas se dio una a derechas. Y para ganar al Tau hay que hacer todo lo contrario que lo que se hizo en Sevilla. Y, además, en superlativo. Y si los de Ivanovic se relajan un poco, mejor que mejor. No hay que olvidar que el Tau está arrollando esta temporada. Sus números, analizados durante la semana, dan miedo al más pintado. Baste recordar que su media de anotación en 19 encuentros es de casi 90 puntos, mientras que los puntos recibidos no llegan a 75. Es decir, la media de las victorias de los baskonistas está en 15 puntos de diferencia.

Los granadinos han de empezar a trabajar de atrás hacia adelante. Y sin flaquear, porque como el Tau coja una ventaja cómoda difícilmente se podrá tomar el mando en el electrónico.

En defensa, la baja de Splitter hace pensar que los vitorianos pueden cargar más su ataque en la demoledora eficacia de sus exteriores. Rakocevic está que se sale, pero además están Pete Mickeal y el propio Pablo Prigioni. Y si falla más de uno, puede aparecer cualquiera, como hizo Sergi Vidal en la victoria del Tau en la pista del Barcelona. El trabajo de marcaje, por tanto, debe rallar la extenuación. Y sin olvidar a los interiores, porque los que están no son mancos, ni mucho menos.

El ataque será más fluido si se controla el rebote sobre el propio aro y si puede poner en práctica rápidas transiciones que culminen en canastas fáciles. El CB Granada está teniendo muchos problemas en el ataque estático, lo que de seguir así ante un equipo como el Tau es casi un suicidio.

En el recuerdo, eso sí, la última visita del Tau. Si en mayo del año pasado se produjo el milagro (aderezado por Mensah-Bonsu) que dio lugar a una permanencia en la ACB que, dadas las circunstancias, pocos creían posible. Hoy hay menos presión que entonces. Y está Curtis Borchardt. Y también Dusko Ivanovic. Indudablemente, doblegar a al Tau de esta temporada parece empresa imposible. Pero el Bruesa lo hizo. ¿Por qué no también el CB Granada?