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Que vuelva Murillo cuanto antes

  • Mal partido de Diakhaté en su vuelta a la titularidad tras dos choques ligueros como suplente El africano es el jugador rojiblanco con más amarillas esta temporada (7)

Ayer Murillo se hizo más necesario que nunca. Ni Diakhaté ni Mainz estuvieron a la altura de las circunstancias que exigía el derbi contra el Almería. La actuación de los dos centrales hizo que se echara en falta al colombiano, que a día de hoy es el mejor zaguero de la plantilla. Eso sí, el hecho de que el Granada defendiera mal no estriba sólo en los jugadores de atrás sino que todo el equipo contribuyó en el desastre. La presión destacó por su ausencia, pero claro la última línea tampoco fue un cortafuegos consistente para frenar las acometidas almerienses.

Diakhaté regresó a la alineación después de un mes. En los dos últimos partidos de Liga Mainz le había comido el terreno. No obstante, la lesión de Murillo provocó que el africano se volviera a juntar con el madrileño en el centro de la zaga. Ambos sólo habían formado pareja en dos partidos, concretamente en la segunda y la tercera jornada del campeonato. Y la tercera vez que se encontraron no funcionó.

Desde el comienzo del choque Diakhaté enseñó su nivel habitual de temporada. El jugador rojiblanco llega tarde a los balones divididos, se carga de tarjetas rápido y en vez de erigirse como un mariscal de campo sólo aporta inseguridad. En el minuto uno no acertó a despejar en un córner y casi cuesta un gol. En el 14' también le faltó precisión para tapar el disparo de Dubarbier y esta vez el balón sí se coló en la portería. Lo que hubiera sido una gran oportunidad para resarcirse de una trayectoria floja se convirtió en el 1-0 para el Almería.

La contundencia que le falta con el balón en los pies, si la demuestra con los rivales. En el 24' Diakhaté llegó a su cita con la tarjeta amarilla por derribar claramente a Barbosa para que no montara un contraataque. Al menos, el senegalés destaca en una faceta y ya el rojiblanco que más amonestaciones ha recibido. Líder en solitario con siete. A su favor, que fue de los pocos que no se cortó en hacer falta, algo de lo que podrían haber aprendido sus compañeros en el medio del campo que pecaron de indolentes.

Otro apartado que maneja Diakhaté son los despejes. Gracias a su poderío físico el futbolista nacido en Dakar es un aventajado a la hora de afrontar balones divididos. No obstante, su ímpetu y su aturdimiento provocan que más de una vez se equivoque a la hora de ir a por la pelota.

Ni las aptitudes defensivas ni las ofensivas. Entre que ayer no estaba Roberto y que Mainz tampoco estuvo fino, Diakhaté tocó la pelota más de lo habitual. Y no es su especialidad, precisamente. Cuando el senegalés se atreve con un pase más largo de lo habitual que no es de su jurisprudencia lo más normal es que falle. En el 32' un par de errores encadenados del africano acabaron en una ocasión para Barbosa.

Su potencia física hace que sea una amenaza en las jugadas a a balón parado. Aunque, ayer el Granada sacó muy pocos saques de esquina o faltas. La única vez que tuvo la ocasión de rematar fue en el minuto 42, pero estaba demasiado desequilibrado y apenas inquietó a Esteban.

La mejor intervención de Diakhaté tuvo lugar en el 46'. Nada más salir del descanso, acertó al cortar un centro envenenado sobre el área rojiblanca. Siete minutos más tarde, el senegalés abandonó el campo para que entrara Buonanotte. Un cambio que tuvo poca o ninguna incidencia. El argentino como el defensa africano está con la mente en otra parte. Lucas Alcaraz ya le dio un toque a Diakhaté sentándolo en varios partidos. La sustitución de ayer huele a sentencia. La confianza en él está casi agotada y su vuelta a la titularidad se antoja un asunto muy complicado.

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