UN año después del trágico accidente del avión A400M en Sevilla, el rey Felipe ha querido dar su apoyo a la industria aeronáutica andaluza, un clúster que, más allá que el gran proyecto de Airbus, cuenta con 114 empresas en toda la autonomía que emplean a 12.600 personas y facturan más de 2.200 millones de euros anuales, la gran mayoría de éstos provenientes de la exportación.

La visita del Monarca no puede ser mejor recibida, ya que el proyecto del A400M vive momentos de ansiedad debido a problemas en el desarrollo de los motores de dicho avión militar de transporte, lo que, como ya ha publicado este periódico, podría provocar un fuerte impacto en las cuentas de Airbus (ya acumula 5.000 millones de sobrecostes por este avión), así como retrasos en las entregas comprometidas para este año: se quieren alcanzar las 20 unidades frente a las 11 de 2015.

Sin embargo, no todo son preocupaciones en la industria aeronáutica andaluza. El lunes, por ejemplo, conocíamos que Alestis -el mayor proveedor andaluz del sector- ha dejado atrás los números rojos por primera vez desde su constitución en 2008 y dos años después de estar en concurso de acreedores. La misma visita del Monarca fue para inaugurar una Incubadora de Transferencia de Tecnología Aeroespacial, lo cual ayudará para seguir aumentando la red en la comunidad de medianas empresas relacionadas con el sector. Dicho espacio, ubicado en el Parque Aeroespacial de Andalucía Aerópolis, acoge ya a seis empresas, pero su capacidad será de cuarenta. Es decir, todavía queda mucho trabajo por delante.

Es muy importante que este sector puntero con una larga tradición en nuestra tierra continúe pujante, porque es una industria con un altísimo valor añadido capaz de atraer importantes inversiones foráneas y una mano de obra muy cualificada y con un alto poder adquisitivo. En unos momentos de crisis económica como los actuales, en los que Andalucía sigue a la cola de muchos indicadores económicos y en los que, a veces, parece que sólo tenemos las industrias agropecuarias y turísticas, un sector como el aeronáutico debe ser considerado por las administraciones como altamente estratégico. Por eso, una vez más, habrá que agradecer a la Corona su apoyo decidido a una industria que puede y debe ser una de las puertas de acceso a la modernidad tecnológica y a la prosperidad económica.