Economía

Estrategias para subirse al tren del nuevo modelo consumista

  • La crisis, internet y los nuevos hábitos sociales diseñan un escaparate transformado en el que el sector debe mostrar su capacidad para adaptarse y reinventarse

En los últimos años hemos asistido a una etapa de continuo cambio en los hábitos de consumo, que culmina en la actualidad con el fin de un modelo; un cambio total debido a una serie de elementos que derivan de las transformaciones sociales que estamos viviendo y que han desembocado, entre otros aspectos, en la democratización del lujo.

Teniendo en cuenta la situación económica en la que nos encontramos, existen una serie de estrategias que están triunfando y que se basan en el lujo asequible: productos con imagen de marca, diferenciados de la oferta de productos y servicios habituales, a un precio módico y sin renunciar a la calidad.

Así, al igual que el diseño le da un valor añadido a los productos, la buena calidad a un precio asequible es un elemento que cada vez tiene más importancia en la toma de decisiones de compra del nuevo consumidor. Todo el mundo quiere productos de lujo pero, exceptuando a los muy adinerados, la mayoría de los consumidores es sensible a la calidad y al precio en alguna medida.

En este sentido, son muchas las empresas que están aplicando estrategias de lujo asequible con gran éxito (empresas de telefonía, franquicias en el campo de la restauración y el café, etc). De esta forma, las comodidades, los productos o los servicios que antes estaban reservados a personas con altos ingresos, se hacen cada vez más asequibles a ciudadanos con muchos menos recursos.

Así, hasta hace un tiempo no se entendía que una marca exclusiva hiciera una colección a la cual tuviera acceso mucha gente. Ejemplos recientes los encontramos en firmas exclusivas de alta costura que diseñan prendas para su venta en tiendas de marcas con precios asequibles. Para ambas partes, el valor de marca es innegable.

Por otro lado, la recesión económica que atraviesan las economías avanzadas ha hecho mella en el consumo y el mercado ha quedado bifurcado: coexiste el sector del lujo (apto para pocos) con el concepto low cost (la democratización del consumo).

El mercado de "en medio" está quedándose en ninguna parte y puede estar condenado a desaparecer.

web y redes sociales

Las nuevas tecnologías, internet, las redes sociales, la globalización son protagonistas absolutos del nuevo escenario consumista. La tecnología lo está cambiando todo: el 20% de las pymes dispone de página web y el resto declara que no es necesaria para su negocio. Pero esto no debería ser así, el mercado on line mueve muchísimos clientes y muchísimo dinero (se estima que alcanzará los 13.000 millones de euros en 2011) y dado que tenemos la oportunidad de utilizar un canal, en crecimiento continuo, como internet, lo lógico es pensar que debería aprovecharse.

En cuanto a la conveniencia de formar parte de las redes sociales, sólo hay que valorar su crecimiento: mientras que internet tardó cuatro años en tener 50 millones de usuarios en el mundo, Facebook reunió 100 millones en nueve meses.

Por otra parte, las no fronteras están cambiándolo todo: el que hoy en día no existan fronteras en los mercados está haciendo las cosas más complicadas, debido básicamente a que las lógicas y los modelos son muy diferentes, lo que lleva a que sean muy difíciles de extrapolar.

En este contexto, el marketing tradicional es hoy día muy arriesgado, pese a que muchas empresas lo siguen utilizando. Éste define que la oferta tiene que venir a través de la segmentación y la determinación del precio basada en el coste. Y esto no es así hoy día. ¿Qué haría un comercio si un cliente que no pertenece a su segmento desease su producto? ¿Se lo negaría? Obviamente no. Con los cambios que se están produciendo, muchos clientes se plantean si deben pagar más por un producto que le reporta el mismo beneficio. De ahí que los competidores de marca blanca y de low cost se hayan dado cuenta de que existen consumidores que sólo quieren la funcionalidad principal. Además, cada vez es más generalizada la tendencia de que los consumidores sean menos receptivos a la publicidad, ya sea porque cada vez confían menos en ella o porque pasan menos tiempo frente al televisor, en favor del ordenador y otros dispositivos tecnológicos.

Características todas de un "territorio frontera" en el que las dimensiones, parámetros y reglas del comercio tradicional se encuentran en entredicho ante un consumidor que se ha vuelto más frugal y exigente, y que sólo está dispuesto a pagar más por más.

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