Economía

La guerra de las galletas

  • Insólita disputa familiar por la fábrica de galletas Gullón, la principal de España

La familia dueña de la mayor fábrica de  galletas de España, Galletas Gullón S.A., se encuentra sumida en una  batalla de poder cuyo más reciente capítulo fue la celebración de la  junta de accionistas no un centro de conferencias ni un salón de hotel, sino en el interior de un Mercedes, estacionado frente a las instalaciones de la compañía. 

En el coche se reunieron la accionista mayoritaria María Teresa Rodríguez, su hija Lourdes, el ex director general Juan Miguel Martínez Gabaldón y un notario. 

La junta directiva de la firma impidió que estos accionistas –que en conjunto poseen el 80 por ciento del capital– ingresaran en la planta en Aguilar de Campoo (Palencia). Por eso, los cuatro realizaron en el coche la junta extraordinaria de accionistas ordenada por un tribunal. Allí decidieron cesar a la junta directiva en sus funciones. Lo insólito: Está integrada por tres hijos y dos hermanos de la accionista mayoritaria. 

El sorprendente encuentro marcó el clímax de una disputa familiar por el control de uno de los mayores fabricantes de galletas en  Europa. 

Rodríguez fue hasta hace 27 años una simple ama de casa. Su  esposo, José Manuel que dirigió como tercera generación la compañía familiar, murió en un accidente de tráfico en 1983. 

Ella asumió entonces la dirección de la firma. Recibió ayuda de sus hermanos, contrató a Gabaldón como director general y lo convirtió en su mano derecha. El negocio floreció y abrió una segunda  planta. Los tres hijos de la jefa ingresaron como ejecutivos tras concluir su formación. 

Pero pronto acabó la armonía familiar, y la envidia y los celos hicieron de las suyas. Los hijos acusaron a su madre de haber otorgado demasiado poder al director general y señalaron que el salario del máximo ejecutivo era demasiado alto. Se juntaron con los dos hermanos de la madre y hace un año decidieron despedirlo. También  cesaron a su madre en el cargo como presidenta de la empresa. 

Sin embargo, la dupla Rodríguez-Gabaldón no se dio por vencida.  "Galletas Gullón es mi vida", señaló la ex jefa de 68 años entre lágrimas al diario económico Expansión. "No dejaré que mis hijos y  hermanos me echen". Un tribunal declaró ilegal el despido del  director general y ordenó que los accionistas regulen el reparto de poder en la junta directiva. 

Los hijos y hermanos de María Teresa Rodríguez, que en total poseen un 16 por ciento del capital, se opusieron a la convocatoria de la junta de accionistas. Pusieron en duda que a la matriarca le corresponda el 55 por ciento del capital y señalaron que tras la muerte del padre, la madre sólo recibió el capital como fideicomiso. Tampoco reconocen la reunión realizada en el Mercedes. "Se trató más bien de un número de circo, indigno de una empresa seria", señalaron. 

Curiosamente, hasta ahora la disputa no afectó el balance de la empresa. Las ventas de Gullón aumentaron en 2009 un 13 por ciento. La fábrica planea abrir su tercera planta y duplicar su producción en un plazo de cinco años.

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