Elecciones municipales

Empiezan las cuentas para saber qué partido o bloque sumará 14

  • Tras una campaña de guante blanco y sin hablar de pactos, los candidatos esperan el resultado para ver si hay gobierno en solitario o en coalición los próximos cuatro años

Los candidatos, en una foto para Granada Hoy al iniciar la campaña.

Los candidatos, en una foto para Granada Hoy al iniciar la campaña. / G. H.

El trabajo ha terminado. Los partidos y los candidatos ponían ayer viernes el punto y final a una campaña en la que lo han dado todo para acaparar el voto y conseguir un buen resultado en las urnas este domingo. El objetivo: los 14 concejales que les permitan gobernar bien con una mayoría absoluta directa, algo que parece difícil con el plantel actual, o sumando apoyos. Una vez acabada, se puede analizar que en la capital ha sido una campaña de guante blanco, con cada candidato y partido a lo suyo, centrados en su programa y sus anuncios particulares y sin injerencias entre aspirantes que haya generado polémica, algo que por otro lado ha reducido la capacidad de confrontación directa sobre algún tema relevante para la ciudad.

Pero como se dice, ya está todo el pescado vendido y ahora la mirada está ya en el resultado de mañana domingo tras esta jornada de reflexión en la que los granadinos tienen que decidir su voto si aún no lo han hecho. Y precisamente a los indecisos dedicaron todos sus esfuerzos los aspirantes en las últimas horas de campaña, para intentar sumar votos a su base natural de votantes. Los candidatos han sacado todos sus ases en estos quince días: han vendido proyectos, prometido mejoras, hablado con los vecinos, asistido a conciertos, partidos de fútbol, de baloncesto, actos de todo tipo y hasta sacado el perro a pasear. Todo esfuerzo ha sido poco en una cita electoral que todos han definido como clave para el futuro de Granada y su progreso. Porque sin tener un ganador claro de la mayoría absoluta, fijada en 14 concejales, los datos de las pocas encuestas que se han difundido hablan de que, como en los últimos años, harán falta acuerdos. Según el resultado, con una o incluso más formaciones. El bipartidismo PP-PSOE parece que saldrá reforzado pero puede no ser suficiente. 

La sorpresa de la campaña

Sobre eso, la única sorpresa de la campaña la lanzó el candidato del PSOE, Paco Cuenca, esta última semana asegurando que iba a dejar gobernar a la lista más votada. Un 'rentoy' a la candidata del PP, Marifrán Carazo, que no entró al juego y sólo invitó a esperar resultados. Es claro que los populares si no lo consiguen en solitario, pactarán con Vox (a la espera de ver si Cs saca concejal aunque con la experiencia del 2019 y el 2+2 no sería el mejor socio). El PSOE tiene este año en Podemos-AV y Granada Unida a dos posibles aliados naturales, dispuestos a impedir un gobierno de derechas en la ciudad. Cuenca sorprendía con este anuncio, que en el partido circunscribían solo a Granada por la experiencia previa del candidato en 2019, cuando ganó pero no pudo gobernar por el pacto PP-Cs. Las cosas de la política. Desde hace unos años, ganar unas elecciones ya no significa gobernar si no se hace con la suficiente mayoría, por eso los socialistas han apelado también al voto útil por la separación del resto de partidos de izquierdas, una decisión que les va a afectar en la cuenta final, y poder así tener más opciones frente a la derecha, que tiene el reto de recuperar el feudo como ha sido siempre Granada y, por otro lado, de hacer olvidar entre sus electores los últimos años con el 2+2 o la salida del gobierno.

Así, PP y PSOE han hecho todo lo posible para conseguir el mayor número de concejales frente al resto de partidos, que son conscientes de que su única aspiración es ser claves en un futuro gobierno de bloques y llave de gobierno. Las izquierdas divididas en Podemos-AV y Granada Unida se juegan ver cómo ha salido finalmente la decisión de no ir juntos estas elecciones y quién se impone en resultados sobre el otro, con el riesgo real de que incluso dejen de tener representación. Vox ha ido también a intentar no perder concejales y rascar otro más para quitar votos al PP y forzar un acuerdo en el que ya exigirán entrar en gobierno y cumplir programa, un escenario que en el PP no gusta mucho. Cs quiere volver a sacar representación, aunque lo tendría difícil después de la crisis de estos cuatro últimos años. 

Con todas las quinielas, y la balanza pendiente de inclinarse a uno u otro lado, los candidatos no han querido tampoco hablar de pactos durante la campaña. El objetivo de los equipos de comunicación, asesores y analistas de los dos principales partidos, PSOE y PP, ha sido venderse como ganadores con mayoría suficiente para gobernar solos. El resto de partidos, Granada Unida, Podemos-AV, Cs y Vox, reconociendo su realidad, sí se han mostrado abiertos a su apoyo a un bloque para que no gobierne el bloque contrario. 

El argumento de cada partido

Una vez cerrado mañana el escrutinio y conocidos los resultados, entrará en juego la calculadora electoral de pactos. El PSOE aspira a mantener la Alcaldía que volvió a conseguir hace dos años tras el experimento frustrado del bipartito PP-Cs, siendo esta situación la gran baza de Paco Cuenca, que durante toda la campaña se ha afanado en hacer decidir al elector entre volver a “los líos del PP” o seguir la senda actual de “estabilidad y progreso”. “Yo no soy un experimento”, ha dicho en casi todos sus actos, con la apostilla, en ataque a Carazo, de que él no ha “tenido que elegir Granada” porque es de Granada, un argumento que han utilizado los socialistas contra Carazo. Él recurda todavía lo que ya pasó en las municipales de 2019, a las que llegaba como alcalde tras la Operación Nazarí y donde consiguió ganar dos concejales más, pasando del suelo de ocho concejales a los diez actuales. Ahora, al inicio de campaña iban a por el 12 pero podría ser insuficiente si los otros dos partidos de izquierdas con posibilidad de sacar concejal pinchan y no sacan, al menos, uno cada uno o dos una de las dos coaliciones. Por lo que la aspiración era ya llegar a más para no depender de esta quiniela. Y ahí también se enmarca el anuncio de Cuenca de dejar gobernar a la lista más votada, en apelar a voto útil. 

El PP apostó a Carazo la renovación del grupo municipal y la limpia para hacer olvidar unos años convulsos para el PP local. Aprovechar la ola como consejera le ha valido para tener un buen puñado de anuncios en precampaña con los logros de la propia Junta para la ciudad y para prometer cambios en campaña poniendo como ejemplo a Juanma Moreno, que ha visitado Granada estos días en hasta tres ocasiones en apoyo a Carazo, que ha recibido también el apoyo de Feijóo en la ciudad. Carazo ha repetido toda la campaña su “yo elijo Granada” y vendido “la Granada que quiero”. Un apoyo político regional y nacional del partido que en el caso del PSOE no se ha producido en una campaña de Cuenca en la que ha tirado más de nombre propio, de conocimiento de Granada y de su propia marca frente al partido. Aunque públicamente Carazo diga que no piensa en pactos y aspira a la mayoría absoluta, se podría quedar rozando y necesitaría a Vox, algo con lo que no se sentirían cómodos aunque ya lo han tenido en otras ocasiones y en la propia Junta y en esta etapa quieren marcar más distancia en sus políticas. 

Al final, los restos, el precio de cada concejal y cuánto sean capaces de quitar los otros partidos al bipartidismo, será clave, igual que saber si finalmente todo el voto de Cs lo fagocita el PP o si los indecisos se decantan más hacia uno u otro bloque. Los inputs de los partidos parece que van por el mismo camino y un resultado similar, por lo que habría partido.

En cuanto a la campaña, cada partido ha tenido su gran anuncio aunque tampoco ningún gran proyecto que no se conociera ya o que sorprendiera como para decantar los votos claramente. El PSOE ha tenido más fácil vender gobierno y logros de gestión de estos 18 meses y el resto ha aprovechado precisamente para atacar esa gestión, las carencias de la ciudad actual y proponer sus propias iniciativas que después puedan incluso incluir en posibles pactos y apoyos de Gobierno. 

Hechas las promesas, terminada la campaña, la suerte está echada y los candidatos esperan ya a ver los frutos que conseguirán de estos quince intensos días de campaña. 

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