Pasarela

Mónaco y el príncipe Alberto, en capilla

  • Ahora todas las miradas están puestas en el principado monegasco, que dentro de un mes celebrará el segundo enlace real del año, el de su soberano con la sudafricana Charlene Wittstock.

Ya están en capilla. Alberto de Mónaco y su prometida, Charlene Wittstock, ya están en la cuenta atrás, dentro de un mes se darán el 'sí quiero' ante las miradas de sus conciudadanos y el mundo entero. La segunda boda real del año, de la que ya se conocen casi todos los preparativos; a diferencia de la del príncipe Guillermo y la princesa Catalina de Inglaterra que fueron revelando detalles con cuentagotas. Mientras tanto, y nervios a un lado, los novios continúan con su agenda oficial de actos antes de dar el paso más importante de sus vidas. Hace más de medio siglo que Mónaco no celebra un enlace de Estado. El 19 de abril de 1956, Rainiero de Mónaco se unía en matrimonio a la bellísima Grace Kelly en la Catedral de Saint Nicholas. La guinda al pastel a una historia de amor de película, que convirtió el principado en la capital mundial del romanticismo. Lo que pretende ahora tanto el actual soberano, el príncipe Alberto, como su futura esposa. Y es que, a pesar de que estos anunciaron que querían una boda sencilla, han repartido 4.000 invitaciones; 2.900 más que los padres del novio, Rainiero y Grace. Sí coinciden en que se darán dos 'sí quiero', primero en la ceremonia civil y al día siguiente en la religiosa, y, por supuesto, en que todo Mónaco participará activamente en su boda. Falta por saber si Alberto y Charlene optan por pasar su luna de miel en Baleares, como hicieran sus antecesores, aunque todo apunta a que viajarán a Sudáfrica, país natal de la futura princesa.

Mónaco se prepara para su gran acontecimiento real, del que ya circulan los sellos conmemorativos.

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