La Caja Rural de Granada ha cerrado el primer trimestre del año con un beneficio neto de 8,5 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 10 por ciento respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

Los activos totales de la entidad han superado los 4.292 millones de euros, registrando un incremento del 8,4 por ciento, mientras que la inversión crediticia supera los 3.655 millones, con un crecimiento del 8,3 por ciento, y los recursos de clientes llegan a los 2.873 millones, logrando una subida del 7,1.

Estas cifras demuestran, según el director general de la Caja Rural de Granada, Dimas Rodríguez, que están consiguiendo un crecimiento equilibrado de su estructura económica y financiera, así como la contención de la tasa de morosidad, situada en el 0,92 por ciento, mientras que en el sector se está produciendo un repunte de la misma.

Fruto de esta contención, ha informado hoy la entidad en un comunicado, la tasa de cobertura de activos dudosos alcanza un porcentaje del 240,2 por ciento.

Otro aspecto a destacar, según la Caja, es la liquidez, que se ha consolidado en niveles superiores al 21 por ciento y, además, ha habido una positiva evolución del coeficiente de solvencia, que continúa creciendo y alcanza el 11,46 por ciento.

La Caja Rural de Granada ha cerrado el primer trimestre de 2008 con 197 oficinas en las provincias de Granada, Málaga, Madrid y Almería, 840 trabajadores y 92.114 socios.

El crecimiento tanto en depósitos como en inversión crediticia refleja la confianza de los clientes de la Caja Rural en su entidad y el apoyo que ésta sigue manteniendo a través de la inversión tanto a empresas como a particulares.

La Caja Rural de Granada forma parte del grupo de Cajas Rurales, que engloba a 73 cooperativas de crédito de toda España, conformando el quinto grupo financiero español por volumen de negocio, con más de 4.200 oficinas.