Con el sol ya refugiado en su casa y la caída de temperatura típica de una tarde invernal, los alrededores de la Iglesia del Sagrario reinaba un ambiente de calma solo roto por el sonido de la maquinaria necesaria para colocar la nueva iluminación de la Catedral. Un sonido que, a medida que se acercaban las 20:00 horas, ha empezado a alternarse con el de los granadinos que, como cada 20N, asistían a la misa en honor a Francisco Franco y Primo de Rivera.
Alejados de las grandes cifras de años anteriores, apenas medio centenar de personas, varios de ellos jóvenes, los asistentes comenzaron a formar pequeños grupos y charlar distendidamente hasta el momento de entrar, con temas triviales como qué hacer el fin de semana u otros más políticos, como una pareja que, entre bromas, recordaban su última visita a un espacio religioso: "llevo sin venir a misa...." comenzaba uno; "desde el año pasado", concluía su compañero. Tan solo los cánticos fascistas del final, fuera de la Iglesia, con el tradicional Cara al sol, y las loas a Franco y Primo de Rivera, y alguna que otra crítica a Pedro Sánchez, pusieron el broche tradicional al acto.
El ambiente distendido rompe así los peores temores para esta efeméride, que si bien ya no tiene ese clima caliente de hace años, la celebración hace pocas semanas de los actos en protesta por la amnistía, que llegaron a congregar a 30.000 personas en las calles de la capital, hacía temer un recrudecimiento de esta celebración, pero nada más lejos de la realidad.
Ya en días anteriores la Policía Nacional avisaba a este periódico que no tenía previsto dispositivos especiales, pero sí "una atención máxima a cómo se desarrolle la jornada", algo que esta noche se ha traducido en la presencia de una única dotación de agentes, que no han tenido necesidad de interactuar con los asistentes. De hecho, resuelta curioso, que la única actuación de la Policía se ha producido cuando un coche ha entrado por error en los alrededores de la Catedral, y eso ha ocurrido más de media hora antes del inicio de la misa.
Un 20N, por tanto, que ha seguido la tónica general de las anteriores efemérides, tanto fuera, con los ya mencionados cánticos fascistas, como en el interior, donde pese a tratarse de una misa de difuntos tradicional, junto al altar alguien había colocado una bandera preconstitucional.

Bandera preconstitucional en el interior de la Iglesia.
Pablo Casado en la anterior polémica
Fue en 2021 cuando la misa franquista ocupó por última vez los titulares de la prensa española. Aunque de nuevo sin grandes cifras de participación, fue la presencia de Pablo Casado, en aquella época líder de los populares a nivel nacional, en la Iglesia la que desató la polémica y, de nuevo, hizo temer una posible inflexión en la asistencia, aunque finalmente no se produjo.
El PP admitió que su líder estuvo pero aseguró que él desconocía la temática especial de la misa y que solo acudió allí porque le cogía cerca del hotel, donde se hospedaba con motivo del Congreso del PP en Andalucía.
"Con Pablo Casado asistiendo a la misa del Generalísimo", puso un joven en sus redes sociales junto a una fotografía junto al exlíder del PP en la puerta del Sagrario. Poco antes había escrito: "Tengo a Pablo Casado detrás mía en misa, y justo en la misa del 20-N con la corona de laurel".
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