A estas alturas de la película con el fútbol hemos topado. La Casa Agreda se encontró ayer un nuevo obstáculo en el camino que podría salvarla de la venta que propone el Ayuntamiento, nada más ni nada menos, que la peña de fútbol en la que juega el concejal de Cultura, Juan García Montero. "Por favor, sólo pido una cosa, yo juego en una peña y los martes son los únicos días que puedo hacer deporte... así que...". Estas fueron las inoportunas palabras que acabaron de caldear al público que ayer estuvo presente en la mesa redonda organizada por la Plataforma en pro de Casa Agreda y que pretendía poner un poco de luz al futuro que le espera al histórico palacete.

Si bien García Montero luchó solo frente a un batallón en su contra, sus declaraciones (para los vecinos) dejaron mucho que desear y mostraron el verdadero interés que el Ayuntamiento tiene por mantener vivo su patrimonio.

En cualquier caso, y a pesar de las razones esgrimidas por el concejal de la necesidad de encontrar fondos para las arcas municipales y de la idoneidad del Banco de España para museo de la capital, los ciudadanos dejaron claro el mensaje que quieren que le traslade al alcalde: "Que Casa Agreda no se venda". Y a su petición le sumaron muchas razones: "Porque el patrimonio público es de la ciudad y no del Ayuntamiento, porque la cultura también es rentable y porque en su programa prometieron un eje museístico que incluía el inmueble y que parece que han olvidado por completo".