Granada

El Centro Lorca de Granada, 'descabezado' hasta después de verano aunque ya habría nombre para la dirección

  • El principal candidato es un antiguo gerente de un centro cultural de la ciudad, pero su designación queda supeditada a un concurso público

  • La nueva gerencia tras la decisión del Consejo Rector, auspiciada por empleados del centro, de no renovar a Sara Navarro, no llegará hasta pasado el periodo estival

Imagen de archivo del Centro Lorca, ubicado en la plaza de La Romanilla.

Imagen de archivo del Centro Lorca, ubicado en la plaza de La Romanilla. / G. H.

"Cada minuto, cada persona, cada actitud puede ser el germen de una obra dramática". Esta frase de Federico García Lorca bien podría acuñarse para describir lo que ocurre en la plaza de La Romanilla de Granada, enclave que hace años debía ser el gran baluarte de la cultura literaria de la ciudad y que, por contra, no ha dejado de arrastrar dramas y polémicas que no terminan de hacerlo despegar. Seis años han pasado desde que el Centro Lorca fue inaugurado, dos desde que llegó la primera y única gerente hasta la fecha y solo unos días desde que se conoció que, a las puertas de la apertura turística de Granada, la entidad volvía a quedarse sin dirección. Como ya adelantó Granada Hoy, el Consejo Rector, auspiciado por gente del Centro Lorca según fuentes de este diario, ha decidido no renovar a Sara Navarro, lo cual dejará al espacio, otra vez, sin dirigente al menos hasta finales de verano, pues aunque ya hay un nombre que suena con fuerza para asumir la gerencia, la designación tendrá que pasar por un concurso público y ya se sabe: los plazos son los plazos... Y todavía no está formada siquiera la nueva fundación pública –se están ultimando los estatutos para que en junio pueda despegar– que se encargará de gestionar el legado del poeta.

Cuando en el año 2015 se inauguró el Centro Lorca, la polémica no tardó en llegar hacia lo que ya debía ser el emblema de Granada. La Fundación Lorca, con la sobrina del poeta, Laura García-Lorca, al frente, había sido la encargada de realizar una obra cuya financiación superó los 27 millones de euros.

Ante ello, la Fundación tuvo que justificar ante las instituciones –Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Granada, Diputación y Ministerio de Cultura– los gastos de esta edificación que presumía de convertirse en algo que no termina de alcanzar. Si bien, había más de un millón de euros para el que no se encontraba justificación, lo que derivó en que la Fundación Lorca, propietaria del Legado del poeta, acordase un alquiler de las piezas por ese mismo valor al Consorcio del Centro Lorca, para así desbloquear la llegada de estos objetos a Granada.

Sin embargo, esas discrepancias sobre los gastos entre la familia Lorca y las instituciones públicas hicieron que la Fundación Lorca se quedase fuera del Consejo Rector que dirigiría el centro, formado por Junta, Ayuntamiento, Diputación y Ministerio, aunque sí ostentase una figura simbólica como coordinadora de exposiciones. Es decir, la Fundación tenía un papel testimonial, pero no peso de decisión.

Toda esa polémica propició que no fuese hasta el verano de 2018, tres años después de tener el edificio de La Romanilla inaugurado, cuando el Legado del poeta, compuesto por 4.085 documentos y objetos de la vida de Lorca, llegase a la que debía ser su casa con un objetivo: que se conserve para siempre y de manera definitiva en Granada.

Sin embargo, al tener a la familia Lorca como titular, de darse algún posible desacuerdo con el Consorcio podía decidir la retirada de las piezas, para lo que se impulsó el reconocimiento el Legado como Bien de Interés Cultural (BIC), algo que llegó hace unos días. Esta declaración blinda la colección en el Centro Lorca pues, pese a que la propietaria continúe siendo la familia, a través de la Fundación Lorca, las piezas no pueden venderse ni tampoco abandonar la comunidad autónoma, ya que para ello se precisa de la autorización de la Junta de Andalucía, que pronto se convertirá en la única institución que estará al frente de la gestión del Centro Lorca tras la creación de una nueva fundación pública en la que sí que formará parte la Fundación Lorca.

Desde hace meses, el Consorcio trabaja para constituir esa nueva fundación cuyos estatutos están terminando de perfilarse por parte de las administraciones públicas integradas en el mismo –tras su puesta en marcha se quedarán fuera Ayuntamiento, Diputación y Ministerio– y la familia del poeta, que retornará así de forma oficial tras años apartada, con el horizonte de que el próximo mes de junio sea su puesta en marcha.

Ante ello, el Consorcio decidió hace solo unos días poner fin a la etapa de la actual gerente del Centro Lorca, Sara Navarro, cuyo contrato finalizará el próximo 13 de mayo, tras haber asumido durante dos años un cargo al que accedió tras ganar un concurso público que ahora tendrá que repetirse.

Pese a que la versión oficial es que se debe a "una cuestión técnica por la formación de una nueva fundación", se había apuntado a que la decisión podría haber estado motivada por Laura García-Lorca, pero fuentes cercanas al Consorcio aseguran a este diario que han sido trabajadores del Centro los que habrían auspiciado la misma por discrepancias con Navarro, para quien Junta y Fundación Lorca –entes que formarán la nueva fundación pública– ya tendrían sobre la mesa un nombre para sustituirla.

En concreto, se trataría de un antiguo gerente de un centro cultural de Granada, que contaría con el respaldo también de la gente del Centro Lorca, pero antes tendrá que someterse todo a un nuevo concurso público. Si a los plazos que esto conlleva se suma que aún queda mínimo un mes para que la nueva fundación pública eche a andar, el resultado que se obtiene es el mismo leitmotiv dramático de siempre. El Centro Lorca, como ya ocurriera entre 2015 y 2019, volverá a estar descabezado hasta pasado el verano, periodo en el que el turismo y su importante papel para hacer del enclave un emblema de la ciudad vuelve a resurgir tras el stand by propiciado por la pandemia.

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