La construcción de una vía de alta capacidad que alivie el tráfico de la Circunvalación de la capital ha sido un debate activo en la ciudad desde hace más de veinte años. Había dos alternativas: cerrar el Anillo, con las complicaciones técnicas y económicas que conllevaba, o realizar una nueva variante exterior que diera salida por el oeste a los pueblos del Cinturón que no tuvieran acceso directo a la Circunvalación.

De entrada se optó por esta última opción, más barata y que ofrece una vía alternativa al tráfico que sube desde la Costa sin que por obligación tenga que pasar por la capital. Esta vía, actualmente en obras, muy avanzadas en algunos tramos, dará respuesta a un autovía de ronda de Granada que se encuentra saturada de tráfico.

Según los últimos datos registrados por el Ministerio de Fomento, en 2017 la Circunvalación de Granada soportó un tráfico medio diario de 142.121 vehículos, de los cuales 3.992 son camiones pesados. Esto supone que a la semana, la capital y sus poblaciones aledañas soportan una intensidad de cerca de un millón de vehículos (994.847).

Buena parte de este tráfico se desviaría por esa Variante Exterior, sobre todo el tráfico de vehículos pesados con salida desde el Puerto de Motril destino a Madrid. De estos datos también se extrae que la Ronda Sur soporta una intensidad diaria media de 57.174 vehículos, 84.947 menos que la Circunvalación.

Una de las cuestiones que también plantea el cierre del Anillo es la necesidad de acometer una obra así, que en su parte más cercana al sur de la capital ve tan reducido su tráfico. Si bien con el cierre aumentaría su densidad, la falta de municipios de alta población a su paso podría hacer dudar de su conveniencia.