Granada

Cuidado, que así empiezan las peleas

  • La Junta se mete en un jardín al incluir entre sus inversiones para el Milenio una obra en Baza pero no destinar ni un céntimo a Guadix, que lo pidió · O triunfa la cordura, o al Cascamorras lo acaban recibiendo a pedradas

La noticia ha corrido como reguero de pólvora: el Milenio, el mismísimo Milenio, ha incluido entre su repertorio de obras a ejecutar en la provincia la rehabilitación, en Baza, del Palacio de los Enríquez, joya arquitectónica del siglo XVI -aunque ahora bastante derruida, dicho sea con franqueza y sin acritud- y le ha dado, así para empezar, 400.000 euros.

La reacción, empleando otra frase tópica, no se ha hecho esperar. Guadix se queja ahora de no haber recibido ni un céntimo, pese a que su Ayuntamiento había pedido meses atrás que se tuviera en cuenta al municipio desde el momento mismo en que al Glorioso Milenio le diera al fin por abrir su fuente y de la misma empezaran a emanar euros a borbotones.Y desliza ese Ayuntamiento, desde luego no de forma ingenua, que igual tiene algo que ver en el reparto de dádivas el hecho de que en Baza gobiernen los socialistas y en la localidad accitana, los populares.

Gastemos cuidado, que así empiezan las peleas. Quieran Dios, José Antonio Griñán, Antonio Ávila y David Aguilar -por ese orden, que se entiende es el jerárquico- que la cosa se arregle de forma amistosa, no vaya a ser que las que probablemente son las dos localidades más importantes del interior de la provincia terminen enfrentándose de verdad y que, un poner, al Cascamorras, el próximo año, no lo reciban con pintura, sino a pedradas. Que no estaría eso nada bonito, la verdad, y menos aún tratándose de una fiesta declarada de interés cultural.

Da la impresión de que, al incluir en sus planes a Baza, cuya relación con el Milenio parece tangencial, la Junta se ha metido en un jardín -sí, hoy abundan las frases hechas, qué se le va a hacer- del que vamos a ver cómo sale. Porque si Baza merece dinero del manantial público, también se hacen acreedores a los milenarios fondos varias joyas del patrimonio histórico de Guadix.

Y, asimismo, se podrían llevar una lluvia de millones otros muchos monumentos diseminados a lo largo y ancho de la provincia que llevan años durmiendo el sueño de los justos. Ese despacho del delegado Jesús Huertas, lleno hasta el techo de documentos remitidos por los ayuntamientos de Albondón, Capileira, Alicún de Ortega, Purullena, Cuevas del Campo, Agrón o Deifontes, reclamando todos ellos, respetuosa pero firmemente, su inclusión en los planes presentes o futuros del anhelado Milenio, es una visión que remite irremediablemente al Infierno descrito por Dante.

El Milenio debería ser unión, amor y concordia, o así se lo imagina este observador en sus cortas luces. Un evento de esa magnitud, que recibe para el próximo ejercicio la cantidad de tres millones de euros de parte de las arcas autonómicas -dato demagógico comparativo: eso lo gana Cristiano Ronaldo en un trimestre- tendría que cohesionar a los pueblos granadinos entre sí y, a esa potente unión resultante, con las formadas a su vez en las provincias vecinas que también se llevarán una tajada de tan impresionante sandía.

Ése tendría que ser el espíritu, y no andarse con historias, con reproches tontainas como el que ahora plantean desde Guadix, que parece que tengan un ataque de pelusilla. ¿Que no han pillado ni un euro en esta ocasión? Pues tengan ustedes un poquito de paciencia, caramba, que a la próxima seguro que cae algo para remozar su alcazaba, para promocionar sus casas-cueva, para, ya que estamos, comprar incienso para la catedral. Que por dinero no va a quedar, eso fijo que no; que esta gente de la Junta es de lo más rumbosa y últimamente está que lo tira.

Pero pídanlo con educación, con respeto al prójimo, y más aún si es vecino. Que las criaturitas de Baza también merecen tener adecentado ese palacio tan bonito y que ya llevaban tiempo prometiéndoles que se lo arreglarían. Como también dieron su palabra de que pondrían en valor -grandiosa expresión- el Palacio de Daralhorra y lo van a hacer. Y mira que eso está en Granada, donde el que gobierna es el PP, así que resulta absurdo pensar en que primen criterios políticos. Es pura envidia, y la envidia no es buena. Lo dicho: cuidado, que así empiezan las peleas.

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