Balance de el año sanitario de la capital (I)

Desfusión, la herida cerrada

  • La ciudad ha asistido a la vuelta a la idiosincrasia original de su sistema hospitalario

  • Tras años de desavenencias, y por el clamor de los vecinos, Granada recuperó sus dos áreas diferenciadas

Granada salió varias veces y de manera masiva a manifestarse para pedir la vuelta a las dos hospitales completos.

Granada salió varias veces y de manera masiva a manifestarse para pedir la vuelta a las dos hospitales completos.

Granada sangró por su sanidad. Una herida que se abrió cuando anunciaron la fusión hospitalaria, la pérdida de un hospital y una nueva forma de entender la configuración sanitaria. Pero la ciudad no quiso, se aferró a su clavo ardiendo, la salud, y la defendió multitudinariamente en varias ocasiones. Esta ciudad no estaba dispuesta a perder uno de los grandes bastiones del Estado de Bienestar: había que cerrar la herida que dejó la fusión. El proceso de reversión finalizó el pasado 26 de marzo, la fecha más importante del calendario de este año en el ámbito sanitario. Tras 52 semanas, muchas mudanzas y algún retraso, los granadinos pueden mirar la cicatriz y recordar qué hay que hacer para tener voz en una cuestión de ciudad.

Después de las demandas, manifestaciones, acuerdos y un plan de reversión a la anatomía original de la sanidad en Granada, llegó un 2018 donde había que comprobar si todas las promesas se cumplían. Un año de batalla con varios frentes abiertos -ciudadano, profesional y político- y un único mensaje: Granada quiere sus dos hospitales completos. En este curso, con los retrasos y carencias de rigor, se escribió el relato del cierre de una herida.

En este curso concluyó el periodo más convulso de la historia sanitaria granadina

Hace poco más de un año, en julio de 2017, la ciudad quitaba el precinto a la obra civil más importante desde hace décadas. El mapa sanitario daba un salto cualitativo en lo que a infraestructura y equipamiento sanitario se refiere con el estreno del nuevo Hospital San Cecilio en el Parque Tecnológico de la Salud. Una obra faraónica de vanguardia que costó 320 millones de euros y que pretendía absorber la función de los hospitales Virgen de las Nieves y San Cecilio. Una mudanza que dejaba al centro de Granada con un hueco sanitario y con un hospital menos pese a que ganaba uno moderno.

Pero el plan de fusión no convenció y Granada quedó con el mismo mapa, pero con un flamante y enorme complejo con hasta las bandejas de instrumental a estrenar. La exigencia se cumplía: esta ciudad recuperaría sus dos hospitales completos, con sus dos áreas y cartera de servicios diferenciadas.

El grueso se cumplió esta misma primavera y dirigentes y altos cargos del Sistema Sanitario Andaluz con plaza en Granada respiraron hondo. La paz se había firmado y la normalidad que perseguían los dos gerentes de la desfusión (Pilar Espejo y José Luis Gutiérrez) se alcanzó.

Como en todas las historias que han vivido su fase de enquiste, hubo, hay y seguirá habiendo voces críticas con el cumplimiento absoluto del plan de desfusión firmado en mesa sectorial. Profesionales, pacientes, ciudadanos y sindicatos miran aún con luz y taquígrafos cada esquina de un proceso que para muchos aún no ha acabado del todo. Esquirlas de un entramado complicado en lo que a programación, redistribución y puesta en marcha se refiere: había que deshacer lo planteado, mover equipos y sobre todo, a profesionales y pacientes.

Hubo un tiempo en el que a la desfusión, aquellos de ingenio afilado, la llamaban confusión. Granada volvía a dividirse en dos áreas hospitalarias y muchos no sabían aún dónde acudir a consulta cuando el proceso terminó con la puesta en marcha de las Urgencias in extremis. Rozando el límite de la última fecha fijada por la Junta, el 26 de marzo, (la anterior y fallida, fue el 1 de abril) se 'inauguraron' las Urgencias del Hospital de Traumatología, que comenzaron a funcionar a pleno rendimiento ese día con la hospitalización, cirugía, UCI y Urgencias. El mismo 'día D' del fin del proceso se sumaron a la marcha las del Hospital Campus del PTS que abrió a las 8 horas todo el área de materno infantil: hospitalización, UCI, neonatal, paritorios, quirófanos y Urgencias. Fueron los dos últimos movimientos de una partida larga y extenuante para todos los bandos. Jaque a la fusión.

Para algunos la partida no acabó, más bien, afearon que en ésta no se cumplieron las reglas. Sindicatos y profesionales se quejaron de que el acuerdo firmado para revertir la fusión no se cumplió en todos sus términos. Los escrúpulos se fijaron en el déficit de personal, una reclamación histórica que se vio incrementada durante este proceso.

La última denuncia llegó este mismo verano, a principios del mes de julio, cuando la Junta de Personal del Hospital Virgen de las Nieves clamaba porque, según dijeron, la Consejería de Salud, está incumpliendo el acuerdo de desfusión sanitaria al no restablecer los servicios y efectivos con los que el centro contaba antes de la derogada fusión hospitalaria del año 2013. Los facultativos recordaron que la Junta de Andalucía se comprometió a restaurar la cartera de servicios y el personal con el que contaba el centro en 2013 durante el acuerdo firmado en la Mesa Sectorial de Sanidad en abril de 2017, un pacto alcanzado para derogar la fusión sanitaria.

Algunos de los servicios que exigen recuperar son los de cirugía vascular, anatomía patológica, microbiología o el laboratorio de hematología. Los profesionales denunciaron el "déficit de profesionales en todas las categorías porque tampoco se está cumpliendo con el incremento de profesionales pactado con los sindicatos firmantes", el cual fijó en más de 200 el número de facultativos que se sumarían a la plantilla del Virgen de las Nieves. Un problema histórico que se ha convertido en un titán de este episodio sanitario.

Este curso también se saldó con una dimisión, la de José Luis Gutiérrez, gerente del área hospitalaria del PTS. El cordobés fue la mitad de un equipo nacido para gestionar y lidiar con la desfusión. Junto a Pilar Espejo, gerente del Virgen de las Nieves, fue la cara visible de este proceso. Un año después de su llegada, Gutiérrez cedió el puesto a la granadina Eva María Jiménez, que llegaba de gestionar el Hospital Comarcal La Inmaculada de Huércal-Overa de Almería.

Este relevo, pese a que el cordobés y el SAS aseguraron que llegó de manera pactada, según el Sindicato Médico de Granada, nació por las desavenencias entre Gutiérrez y el SAS a razón, sobre todo, de cuestiones relacionadas con la desfusión. En concreto, apuntaron que las discrepancias llegaron en el momento de la redistribución de las carteras de servicios, ya que Gutiérrez quiso dotar su hospital del mayor número posible, "con todo lo que eso conlleva en cuestiones de equipamiento".

A estas cuestiones se suman las últimas 'crisis' sanitarias de Granada que afectaron de lleno a este centro hospitalario. El conflicto en las Urgencias motivado por la falta de personal, las listas de espera y la huelga MIR, sumada a la consiguiente denuncia de los adjuntos ante un juzgado avisando del peligro para los pacientes que conllevaba la falta de personal, fueron, "la puntilla que faltaba".

Aunque con coletazos y daños colaterales, esta ciudad podrá decir que por sí sola logró cerrar una herida en 2018. La que le duele por encima de las otras que soporta.

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