Sucesos

Finge su secuestro para evitar una regañina de sus padres por perder la cartera y móvil de fiesta

  • Interpuso una denuncia falsa ante la Policía manifestando que había sido raptado durante varias horas por una furgoneta

  • La realidad era que había ingerido alcohol durante una noche de fiesta y no sabía qué hizo con sus pertenencias

Imagen de archivo cedida por la Policía Nacional.

Imagen de archivo cedida por la Policía Nacional. / G. H.

Salen de fiesta, ingieren alcohol, olvidan todo lo que pasó por la noche y pierden el móvil, la cartera... y prácticamente todo lo que llevan encima. Y claro, son jóvenes, dependen de sus padres y tienen que darles cuenta de todo lo ocurrido. Ante ello, se tienen dos opciones, o decir la verdad o poner alguna excusa. Sin embargo, cuidado con lo segundo porque la imaginación puede irse de las manos y acabar inventando un secuestro falso y que al final sea descubierto e investigado por la Policía Nacional.

Esto precisamente es lo que le ocurrió hace unos días a un joven de 20 años que, por tal de "no decepcionar a sus padres", según dijo, denunció ante la Policía Nacional su propio secuestro. Un delito cuya pena puede ir de desde tres meses de multa, hasta incluso dos años de prisión según la gravedad.

Todo apunta a que el joven salió por la noche y tras ingerir diversas bebidas alcohólicas habría echado en falta sus efectos desconociendo el modo y el lugar de cómo las perdió. A tenor de ello, habría inventado su secuestro para no defraudar a sus padres, cometiendo de este modo un delito de simulación de delito.

Así que el joven, que reside como estudiante en Granada, se personó en la Comisaría de Distrito Sur de la ciudad y denunció que cuando caminaba por la calle, esa noche, había sido secuestrado por tres individuos que lo habían introducido en una furgoneta en la que le sustrajeron el dinero que llevaba, su teléfono móvil, su cartera y las tarjetas de crédito.

Según su historia, después lo maniataron y le vendaron los ojos para trasladarlo hasta una nave donde lo sentaron en el suelo contra una pared. También manifestó que le amenazaron para que les facilitara los números pin de las tarjetas de crédito, que no llegó a darles. Y tras permanecer encerrado durante varias horas, los secuestradores, que mantenían ocultos los rostros con pasamontañas, lo liberaron y huyó a pie del lugar.

Ante ello, los agentes de la Policía Nacional de Granada comenzaron a indagar sobre los hechos y comenzaron a tener indicios de que la historia que había relatado no era real, algo que luego se confirmó. 

Precisamente, la Policía Nacional ha alertado del incremento de denuncias falsas, relacionadas sobre todo con supuestos robos de teléfonos móviles, en su mayoría para cobrar de los seguros y advierte de las consecuencias que pueden tener para las personas que realizan este tipo de denuncias falsas.

Además de que estas falsas manifestaciones provocan que se inviertan recursos humanos y materiales en un hecho que no es cierto, restando esa dedicación a la investigación de hechos realmente cometidos sobre víctimas reales, conllevan una sanción penal para aquellos que cometen este tipo de delitos.

En concreto, el artículo 456 del Código Penal expone que en caso de delito por denuncia falsa, las penas varían según la gravedad del delito. Si se considera delito leve, conlleva la pena de multa de tres a seis meses; en caso de delito grave, iría entre los seis meses y los dos años de prisión, así como una multa de doce a 24 meses; mientras que si el delito reviste algo menos de gravedad, la multa oscilaría entre los 12 y los 24 meses.

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