Granada y su Área Metropolitana sufren mucha contaminación ambiental. Esto ya es un hecho contrastado y que tanto instituciones como habitantes luchan por revertir. Una contaminación que tiene en el tráfico rodado una de sus principales generadoras, ya que la movilidad en vehículo personal de casi medio millón de personas en una zona relativamente pequeña es muy elevada.

Hasta ahora no había una medición real de cuántos gases contaminantes generaba esa elevada movilidad a través de vehículos de combustión que se produce entre la capital y los municipios metropolitanos. Sin embargo, según los datos de seguimiento de las emisiones de carbono en tiempo real de la plataforma Climate Trace, las emisiones de gases de efecto invernadero debidas al tráfico del área metropolitana de Granada en el año 2022 y son de 483.831 toneladas de dióxido de carbono (CO2). El equivalente a haber circulado 2,5 mil millones de kilómetros (concretamente 2.531.110.000 kilómetros).

Esta medición de esta plataforma, que asegura ser independiente a las fuentes de medición de la Unión Europea, el Gobierno de España y de la Junta de Andalucía, sólo incluye en esas más de 483 toneladas las emisiones del tráfico rodado. Fuera quedan las industrias, las quemas agrícolas, y otros contaminantes como los aeropuertos.

Vista de la Ronda Sur y el Área Metropolitana

"Los datos proporcionados por Climate Trace permiten comprobar si las emisiones de contaminantes atmosféricos debidas al tráfico en Granada y su área metropolitana aumentan o disminuyen en el tiempo; sin tener que depender de los datos oficiales que están sesgados hacía valores más bajos de los reales", destacan desde la plataforma.

Un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero debidos al tráfico en Granada y su Área Metropolitana supone también un aumento en las emisiones de otros contaminantes atmosféricos como carbono, dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, ozono o partículas PM10, entre otras. Y un empeoramiento en calidad del aire que se respira en la capital y el cinturón.

En este caso, la relación es fácil de hacer: cuantas más emisiones de gases de efecto invernadero, peor calidad del aire. Y una peor calidad del aire redunda en un empeoramiento de la salud de los granadinos.

La provincia más contaminada de las de menor extensión

Mirando cuál es la situación de la contaminación provocada por el tráfico rodado en las ocho capitales y áreas metropolitanas andaluzas, si nos fijamos en los datos Granada es la tercera de las ocho grandes ciudades andaluzas en las que más toneladas de dióxido de carbono se recogieron en 2022. Por delante, sólo Málaga y Sevilla. Pero con matices.

Los datos de Climate Trace destacan que en Málaga se recogieron en 2022 un total de 1.026.060 toneladas de CO2, el equivalente a 5.367.740.000 kilómetros recorridos. En Sevilla, la cifra es similar, con 1.001.200 toneladas de dióxido de carbono recogidas, el equivalente a 5.237.680.000 kilómetros recorridos. Después aparecen los datos ya mencionados de Granada.

Tráfico denso en Granada

Sin embargo, las zonas geográficas en las que se recogieron estas mediciones son mucho más extensas que las que se midieron en Granada. En Málaga, la medición no solo se limita a la capital, sino que también recoge datos de toda la Costa del Sol, desde el Rincón de la Victoria hasta Estepona. Ocurre lo mismo con Sevilla, en la que su área metropolitana es mucho más extensa que la de Granada. Además, a favor de la provincia granadina juega el "pulmón" de la Vega de Granada, que en cierta manera limita el tráfico rodado.

Los datos que se recogen en la plataforma servirán para conocer si los planes de calidad del aire que se van a implantar en Granada y su área Metropolitana en los próximos meses disminuirán la contaminación atmosférica. Pronto llegará uno de los cambios más sensibles en lo que a circulación del tráfico se refiere: la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) para todo el término municipal de Granada capital en 2025. Y esta está pensada para reducir las emisiones.

La ZBE, el gran intento de reducir las emisiones

La implantación de esta Zona de Bajas Emisiones será el gran plan con el que tratar que las emisiones contaminantes en el entorno de Granada y su Área Metropolitana se reduzcan. Su implantación es una exigencia del Gobierno de España para todas las ciudades con más de 50.000 habitantes. Granada y Motril son las únicas ciudades de la provincia que tienen que implantarlas, por el momento.

Para la capital, el límite de la Autovía de Circunvalación GR-30 y la Ronda Sur será Zona de Bajas Emisiones para los vehículos altamente contaminantes matriculados fuera de Granada, es decir, que no estén censados en la capital y, por tanto, no paguen el impuesto de circulación en la ciudad nazarí. Queda excluido de este límite el entorno del Hospital Universitario Clínico San Cecilio, centro sanitario de referencia de múltiples municipios metropolitanos.

Extensión de la Zona de Bajas Emisiones.

La limitación de acceso será para todos los vehículos (coches, ciclomotores y motocicletas) sin etiqueta ambiental matriculados fuera de la ciudad de Granada y con antigüedad anterior a 2006 en los vehículos diésel, y a 2001 en los de gasolina. Los que tengan etiqueta A tampoco podrán entrar. Sí estará permitido el paso a Granada para los vehículos de fuera con etiquetas B, C, ECO o 0 (eléctricos).

La fecha de aplicación definitiva será a partir del 1 de abril de 2025. Así, habrá un primer periodo informativo de prueba de octubre de 2024 a marzo de 2025, donde funcionarán las cámaras para controlar los accesos, pero sin sanciones.

La implantación de la ZBE se acompañará de otras actuaciones en movilidad, como el fomento de una red de parking de borde, los conocidos como aparcamientos disuasorios, que acumulan 6.528 plazas de aparcamiento. Esos aparcamientos están fuera del límite de la Zona de Bajas Emisiones, por lo que será la alternativa para dejar el coche para los no residentes con coches sin etiqueta. No podrán entrar tampoco a la ZBE los coches vetados de fuera de Granada aunque vayan a un parking público, zona azul o aparcamiento privado que se encuentre dentro de la zona.

Factores que favorecen la contaminación

En la contaminación del aire que se respira a diario influyen muchos factores, y no solo las emisiones del tráfico, pese a ser la fuente que más emite. Las condiciones meteorológicas pueden determinar mucho más los niveles de contaminación que las propias fuentes, así como la invariable orografía. Aunque una reducción de los gases emitidos siempre ayudará a su disminución.

Como ejemplo, los niveles máximos de partículas contaminantes se suelen registrar en verano y cuando se producen los episodios de polvo sahariano impulsados por los vientos del sur. En esos episodios concretos, el aire es más pesado, y no deja que los gases se liberen hacia la estratosfera. También es clave el viento, que si sopla con una intensidad normal dispersa los contaminantes. En zonas cercanas al mar, con una brisa habitual ya sea de levante o poniente, es normal encontrar menos contaminación, pues estos vientos favorecen a que las partículas contaminantes se muevan.

Granada, en este caso, se ve muy afectada por sus condiciones meteorológicas. Sus veranos cada vez son más largos, secos y con temperaturas muy elevadas. Los continuos anticiclones en los que se instala, rondando siempre una presión de 1.035 hectopascales, evitan que la contaminación se disperse. Esto, unido a las pocas precipitaciones que se registran, hace que su atmósfera no se limpie y los agentes contaminantes se concentren.

Respecto al viento, Granada se ubica en una situación de orografía de terreno de muy difícil acceso para las rachas ventosas. Rodeada por montañas y con la gran pared de Sierra Nevada al este, es muy complicado que sople viento en las zonas más bajas de la capital y en la Vega de Granada, salvo en episodios aislados de borrascas como el vivido con Bernard.

Tráfico denso y contaminación atmosférica en la Circunvalación

A todo esto se le suma la elevada cantidad de desplazamientos con vehículos privados que se experimenta diariamente en la capital y el Área Metropolitana. El coche sigue siendo el medio de transporte preferido por los granadinos, a pesar de las mejoras en transporte público que en los últimos mese se han producido. Así lo refleja la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un total de 215.058 granadinos admite en este estudio ir a trabajar en su vehículo personal, lo que representa al 63,28% de los ciudadanos de la provincia que se desplazan para acudir a su puesto laboral.

Toda esta conjunción de casuísticas hace que en un municipio como la capital nazarí, con 220.000 habitantes, y su Área Metropolitana (cuya suma acerca los habitantes totales al medio millón), sea la ciudad de España con peor calidad del aire según la Unión Europea. Con valores más elevados que los que se registran en las dos grandes urbes nacionales, Madrid y Barcelona, a pesar de que estas tienen una población muchísimo mayor.

Los datos de Climate Trace monitorean las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre empleando inteligencia artificial, métodos de aprendizaje automático y procesamiento de imágenes de satélite. La plataforma se define como una coalición global de más de 100 organizaciones sin fines de lucro, universidades, empresas de tecnología e investigadores "que colaboran y trabajan juntos para hacer que todos los datos de emisiones en el mundo sean transparentes".

Detrás de esta plataforma se encuentra el político y activista medioambiental Al Gore, quien presento el último inventario de emisiones de gases de efecto invernadero de Climate Trace durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023, que se desarrolló del 30 de noviembre al 13 de diciembre en Dubai.