Granada, entre las ciudades que aplica la tarifa máxima del impuesto de circulación
Ciudad
El Ayuntamiento es uno de los que ejerce más presión sobre el bolsillo de los conductores sin renunciar a cuantiosos ingresos por la tasa
Los conductores granadinos, de la capital, están entre los que más pagan del país por hacer uso de su vehículo, sea el tonelaje que sea. En un año en el que durante meses, incluso, los contribuyentes dejaron el coche sin moverse de la calle o el garaje durante mucho tiempo y en el que los políticos han ‘machacado’ el discurso de la necesidad de aprovechar el estado de alarma para aplicar medidas medioambientales, lo cierto es que los ayuntamientos no renuncian a los cuantiosos ingresos que genera el impuesto de circulación, según se deduce del último informe de fiscalidad municipal elaborado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Y el Consistorio granadino es precisamente uno de los que conforma el grupo de los que más presión ejerce sobre el bolsillo de los conductores de la ciudad.
Granada, con las arcas municipales en números rojos y donde el carril reservado para transporte y vehículos sostenibles duró apenas unos meses antes de volver a ‘abrirse’ al coche, no renuncia al importante montante que genera el Impuesto Municipal sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM).
Con el agravante de que es uno de los municipios que apura más la tarifa para que la recaudación no decaiga. Así, según resalta la AEA en su informe hay 12 capitales españolas que vienen aplicando desde hace años el máximo que permite la ley: Granada, Huelva, Valladolid, Ciudad Real, Barcelona, Lérida, Tarragona, Palma, San Sebastián, Vitoria y Ceuta). A la inversa, el estudio detalla que solamente tres capitales han bajado mínimamente el impuesto entre un 1 y el 4% (Córdoba, Teruel y Toledo).
Pero es que además, el Ayuntamiento de Granada sale citado dos veces en el informe de Automovilistas Europeos Asociadas, puesto que también se encuentra entre los que tiene el IVTM más caro a nivel nacional junto a las ciudades de San Sebastián, Vitoria, Bilbao, Castellón, Tarragona, Barcelona, Palma, Ciudad Real, Valladolid, Huelva. Por el contrario, entre las capitales que podrían considerarse “un paraíso fiscal” están Santa Cruz de Tenerife, Melilla, Zamora, Cáceres, Palencia, Jaén, y Badajoz.
En concreto, en Granada alguien con un vehículo de menos de 8 caballos paga 25,24 euros al año; de 8 a 11 caballos se pagan 68,16 euros; de 12 a 15 caballos se pagan 143,88 euros; de 16 a 19 caballos se pagan 179,22 euros; y de 20 caballos en adelante 224 euros. En los ciclomotores y motocicletas, de diferentes cilindradas, también mantiene las tasas más altas de Andalucía: así las tarifas van desde los 7,86 euros por un ciclomotor a los 8,84 de motocicletas hasta 125 c. c. (centímetros cúbicos); los 14,31 euros de motocicletas de entre 125 y 250 c.c.; los 29,39 euros para motocicletas de 250 - 500 c.c.; los 60,58 euros para motocicletas de más 500 c.c.; y los 121,16 euros para las de más de 1.000 c. c.
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4 billones de euros. Este impuesto, creado en España hace 32 años en sustitución del impuesto de circulación de vehículos (conocido también como “el numerito”), genera unos ingresos anuales de 3.800 millones de euros a las haciendas locales.
12 de las 52 capitales. Aplican la tarifa máxima legal permitida. La ley permite a los ayuntamientos incrementar discrecionalmente dichas cuotas, pudiendo llegar a cobrar hasta el doble de la tarifa mínima,
68,16 euros. Se paga en Granada por un vehículo tipo medio, de 11,99 caballos de potencia fiscal como los del vehículo más vendido el año pasado, frente a los 34 euros que se pagan en Tenerife.
Eso sí, el Ayuntamiento de Granada en su ordenanza del impuesto de circulación señala que “disfrutarán de una bonificación del 100% de la cuota del impuesto los vehículos catalogados como históricos de acuerdo con lo establecido en el Capítulo 1 del Reglamento de Vehículos Históricos 1.247/1995 de 14 de julio” refiriéndose a la exoneración del pago del impuesto en el caso de los vehículos históricos y de más de 25 años, gracias a la modificación que AEA consiguió introducir en 1999 en la Ley de Haciendas Locales. Igualmente, aplica bonificaciones de hasta el 75% en función del carburante y las características de los motores a vehículos eléctricos o con motores menos contaminantes.
Una de las conclusiones que saca el informe es que “la alta fiscalidad que mantienen algunos ayuntamientos ha motivado el que numerosas empresas de alquiler y de renting hayan abierto sucursales en municipios con una menor presión fiscal”, resaltando la creación de “paraísos fiscales del motor” en pequeños ayuntamientos.
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