Granada

El IAM atiende 20 casos de maltrato sexual a adolescentes granadinas

  • Los especialistas observan que crecen fenómenos como la "pornovenganza" o la "sextorsión"

El IAM cuenta con el programa de atención psicológica a menores 'Nuestros cuerpos, nuestras vidas'.

El IAM cuenta con el programa de atención psicológica a menores 'Nuestros cuerpos, nuestras vidas'. / g. h.

El nuevo programa de atención psicológica del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) Nuestros cuerpos, nuestras vidas, dirigido a adolescentes víctimas de violencia de género que hayan sufrido agresiones o abusos sexuales por parte de sus parejas o exparejas, ha llegado desde su puesta en marcha a principios de 2018 hasta junio a 127 menores de edad, de las que 20 corresponden a la provincia de Granada.

Una cifra que, según señaló la directora del IAM, Elena Ruiz, manifiesta la "magnitud de este tipo de violencia de género, la sexual, muchas veces invisibilizada en el marco de una pareja, donde el paraguas del amor es excusa para someter a las mujeres y tratarlas como objetos sexuales".

El Instituto Andaluz de la Mujer amplió a comienzos de este año el programa de Atención Psicológica a Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género, con un servicio psicológico especializado en violencia sexual para atender de manera específica a las adolescentes que la hayan sufrido, ya que se había detectado que algunas chicas atendidas en el programa por violencia de género habían vivido en el marco de la pareja abusos o agresiones sexuales, pese a no ser conscientes de ello cuando acudían al inicio de la terapia.

De este modo, el equipo de profesionales del programa, que atiende desde 2012 a adolescentes de entre 14 y 17 años -prestándoles terapia psicológica gratuita y especializada-, ha detectado en estos años que el sexo se utiliza en ocasiones "como forma de violencia de género, ya que los chicos agresores someten a sus parejas a prácticas que no les agrada como prueba de amor", cayendo ellas en el llamado "falso consentimiento".

Junto a ello, se ha observado el fenómeno de la "pornovenganza" y la "sextorsión", que algunos agresores ejercen cuando ellas han dado el paso de romper con la relación. Se trata de una "violencia sexual invisibilizada", que inicialmente no reconocen las menores que la sufren por desconocimiento de sus derechos, por la normalización de la imposición de las relaciones sexuales presente en la cultura y la insuficiente formación sexual de las personas jóvenes para contrarrestar la pornografía patriarcal imperante.

Con la ampliación, el programa cuenta con ocho psicólogas (una por provincia) especialistas en violencia sexual, que atienden a las usuarias cuando se detecta abuso o agresión sexual. La terapeuta lleva a cabo una intervención psicológica individual, pudiendo luego configurar grupos de terapia en función de la idoneidad de las usuarias, además de ofrecer también orientación psicoeducativa a las familias.

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