Hacer obras irregulares en un barrio Patrimonio de la Humanidad no está bien, pero si el que las hace es el presidente de la asociación de vecinos, está peor. El Ayuntamiento de Granada ha emitido un decreto sancionador al presidente de la asociación de vecinos del Alto Albaicín, Manuel Vargas, por valor de 6.300 euros por varias ilegalidades urbanísticas en la calle San Buenaventura del Albaicín.

Manuel no es el propietario del inmueble donde los técnicos de urbanismo detectaron las infracciones, pero sí era él el responsable de las obras que se estaban acometiendo en la vivienda en el verano de 2011. En su calidad de constructor Vargas fue contratado para realizar unas obras de solería, revestimientos y techos en la citada vivienda.

Ante la Gerencia de Urbanismo solicitó un permiso de obras menores, pues valoró los trabajos en 4.600 euros. Cuando los técnicos giraron visita a la casa (tras la denuncia de un vecino) descubrieron que se habían reformado los cuartos húmedos sustituyendo la tabiquería, se habían sustituido todas las instalaciones de electricidad, de fontanería y saneamiento, se cambiaron los revestimientos en el patio interior y los de la fachada, se sustituyeron las carpinterías interiores y exteriores.

En total, se estaban haciendo obras cuyo montante se tasó en 40.000 euros. Primera irregularidad y primera sanción de 1.800 euros.

Pero la visita de los técnicos dio para más. En la inspección comprobaron que hay una ampliación de la superficie construida de la vivienda en la planta alta ocupando parte de una terraza.

La superficie de la ampliación detectada es de 8 metros cuadrados. "Las obras interiores pueden ser legalizables, si bien la ampliación excede lo permitido por la ordenación del Pepri Albaicín", relata el decreto del Ayuntamiento. Segunda irregularidad y multa de 4.500 euros. En total 6.300 euros de sanción.

La ampliación de obras menores convirtiéndolas en obras mayores suele ser una actividad más habitual de lo deseable, puesto que las tasas que hay que pagar al Ayuntamiento por una y otra actuación varían sustancialmente. Acometer esta irregularidad en el Albaicín tiene un plus de responsabilidad puesto que estamos hablando de una zona de alto valor patrimonial.

La versión que Vargas dio ante el inspector fue que la ampliación no era cierta y que esa construcción ya existía previa a la obra. Además de ser presidente de la asociación de vecinos del Alto Albaicín, el denunciado formó parte durante muchos años de la comisión de seguimiento del Pepri Albaicín, un trabajo que, a tenor de los hechos, no creó mucha conciencia en este representante público.