Niños de Granada

Paco Cuenca Candidato Del Psoe A La Alcaldía De Granada

16 de enero 2011 - 01:00

¿DÓNDE están los niños de Granada? Cada tarde, desde hace unos meses, visito muchos barrios de esta ciudad y veo a muchas personas. Pero no veo niños por ninguna parte. No están en las calles, no están en las plazas; sencillamente, no están entre nosotros, los adultos. Es algo que me llama la atención pero que sobre todo me preocupa. Soy maestro de primaria y sé del potencial de los chicos, de su capacidad, en este mundo tan veloz y que parece devorarnos, de ver el futuro, de pensar y encontrar respuestas. Y es que estoy convencido de que esta capacidad nace de algo esencial: la capacidad de soñar que tienen los niños.

Pero como en la película de Jean-Pierre Jeunet, La ciudad de los niños perdidos, pienso que Granada envejece como envejece prematuramente el personaje Krank porque ha perdido algo esencial y vital: ya no sabe soñar. Por eso, el malvado Krank rapta a los niños de la ciudad para robarles sus sueños, para sustraer esa capacidad de ver más allá a la que antes hacía referencia. Porque ciertamente, para los niños, para nuestros hijos, nada es un impedimento. Incluso si el impedimento de un padre o una madre es firme ("es hora de irse a la cama"), el niño siempre intentará bordearlo con imaginación y con una lógica aplastante, hasta el punto de hacerte sonreír de un modo amoroso y tierno, vencido por la perspicacia de esos locos bajitos, como cantaba Serrat. Supongo que aquellas personas que son padres, como yo, saben de qué hablo. Incluso se sentirán cómplices aquellas personas que todavía pueden reconocer el niñoque fueron ayer.

No sé si alguien más en esta ciudad habrá notado la ausencia de los niños. En algunas plazas hay una zona de juego infantil, de reducidas dimensiones, donde se encuentran algunos padres con sus hijos pequeños. Pero, de 6 a 12 años, es difícil encontrarlos.

La tendencia constructiva de los últimos años fue la de hacer urbanizaciones cerradas. Pero nuestros hijos, a partir de los 13 a 15 años, comenzarán la adolescencia, y querrán de forma natural, como ley de vida, marcar distancia con los padres a la busca de su identidad. Y esa identidad la buscarán con sus iguales y en la calle. Una calle, eso sí, que apenas habrán pisado hasta ese momento.

Por eso, yo quiero recuperar los espacios públicos y dotarlos de contenido y de vida, hacer que los niños, junto a sus padres, puedan vivir la ciudad, participar en ella y para ella. Y la escuela es un medio más, el más importante sin lugar a dudas, pero inserto en el territorio, en el barrio, en la zona de la ciudad en la que se ubique. La apuesta por la vida comunitaria, por participar en lo que ocurre en nuestro entorno es vital para garantizar una ciudad comprometida y responsable que afronte el futuro con garantías de éxito.

En este sentido, cuando sea alcalde, pondré en marcha un Consejo Municipal Infantil, donde puedan asistir los padres, pero donde participen activamente nuestros niños. Para preguntarles sobre la ciudad que sueñan y la ciudad que sienten. Sobre la ciudad del mañana pero desde el compromiso de nuestros niños y niñas con el aquí y ahora. Un Consejo Municipal Infantil que sirva de llamamiento al resto de los niños y niñas de Granada para planificar acciones en cada uno de los barrios de la ciudad. Acciones pensadas y diseñadas por los propios niños y niñas. Ellos son los protagonistas si no queremos tener una ciudad de niños perdidos.

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